Fórmula 1: ¿un cambio a peor?

Fórmula 1: ¿un cambio a peor?

La última sesión de entrenamientos de Fórmula 1 de los sábados, que decide el orden de salida de la carrera, va a experimentar cambios. El actual sistema consiste en algo tan sencillo como es celebrar una contrarreloj. Los pilotos dan una sola vuelta y el que haga el mejor tiempo ocupa el primer lugar en la parrilla de salida del día siguiente, y así sucesivamente. Es un sistema que no perdona errores. No resulta injusto, porque cualquiera los puede sufrir. Luego entra también en juego la estrategia de cada equipo de salir con más o menos combustible para que el coche corra más en la clasificación a cambio de parar antes a repostar al día siguiente, o al revés.

A Ecclestone no le gusta el sistema. Dice que el espectador se aburre, pero las cifras que manejamos aquí le contradicen. De otra manera esa última sesión de entrenamientos no tendría las audiencias que tiene. Hablamos mucho de la cantidad de gente que ve las carreras de Fórmula 1: 4,8 millones la de Mónaco, 4,6 la de Montmeló, 3,5 la de San Marino. Son audiencias de fútbol, superiores a muchos partidos de Liga, como se puede comprobar en la página siguiente. Pero es que las audiencias de las clasificaciones del sábado oscilan entre 1,7 y 2,0 millones de espectadores. Eso sucede en España, donde no tenemos tradición por la Fórmula 1.

Dos millones de telespectadores suponen una audiencia considerable. Tanto es así que aquí sólo son superadas por las carreras de motos. Es decir, los entrenamientos de Fórmula 1 se ven más que cualquier partido de baloncesto (incluida la final de la ULEB que disputó el Madrid y los playoff de la ACB), que los partidos de la Copa Davis y que las vueltas ciclistas celebradas hasta el momento. El cambio que se propone (veinte minutos y seis vueltas en busca del mejor tiempo) no parece que vaya a mejorar el espectáculo y, por tanto, las audiencias. Y, lo más sorprendente, el cambio sería en plena temporada. No se entiende a qué vienen tantas prisas.