La francesa Amelie Mauresmo (n.2) y la estadounidense Jennifer Cafriati (n.5), que derrotaron respectivamente a Vera Zvonareva (RUS, 8) y a Venus Williams (USA, 1), disputarán una final inédita del Abierto de Italia que será la revancha de la semifinal de hace una semana en Berlín.

Se trata de la cuarta final de Mauresmo en el Abierto de Italia (2000, 01 y 03) y la ocasión de desquitarse de las tres derrotas; mientras que para Capriati se trata de su mejor resultado en las once ediciones en que ha participado en el torneo romano.

La final resultó inesperada ya que los pronósticos daban perdedora a Capriati frente a Serena Williams, ganadora del torneo en 2002, y que pese a haber estado un periodo lejos de las pistas, había ofrecido buenas sensaciones durante toda la semana, cediendo sólo un set.

Pero Capriati no fue la víctima. Y no lo fue porque la Serena que entró en la pista central parecía que no tenía ganas de luchar a fondo. Dio la impresión de querer ahorrarse energías con vistas a Roland Garros.

Mauresmo, en el partido que abrió la jornada, lo tuvo aún más fácil ante la joven promesa Zvonareva, a la que derrotó con facilidad en apenas 65 minutos. Es el tercer triunfo de la francesa sobre la rusa en otros tantos enfrentamientos entre ambas.

El partido apenas tuvo historia, pese a unos inicios donde a Mauresmo no le entraba el saque y cometía dobles faltas. Pero reaccionó pronto y puso en liza una mayor determinación y calidad de golpes, ante los cuales Zvonareva se encontró desarmada.

Mauresmo se plantó en la cuarta final del año (Sydney, Amelia Island y Berlín). De ellas ganó sólo en tierras alemanas, donde se enfrentó precisamente con Capriati, a la que se impuso con facilidad (6-2 y 6-0).

Mañana se volverán a ver las caras y gane quien gane, es seguro, que el Abierto de Italia estrenará nombre en su palmarés de vencedora. Será el undécimo enfrentamiento entre ambas (6-4), en los que los últimos cinco han caído del lado francés.