¿Pero a qué estamos jugando? Manzano dijo lo que dijo, aportó las pruebas de que ha competido sujeto a un dopaje sistemático y ahora estamos en que si un médico del ciclismo, Alfredo Córdova, declara seis días antes de que sea citado para que nadie le pueda ver ni preguntar nada, y otros dos, Eufemiano Fuentes y Walter Virú, no pueden declarar el día que les citan por asuntos personales y ahora los dos van a poder el mismo día, el próximo lunes, pero eso sí, después de conseguir que la comisión de investigación de la Federación Española de Ciclismo anuncie que va a ser en lugar y hora que son máximo secreto.

¿Pero no tenía todo el mundo tantas ganas de aclarar el asunto? Que no se asusten los médicos. Si en cinco minutos podían dejar zanjada la cuestión. Vamos a ver. Pregunta 1: ¿Dopa usted a los ciclistas? Pregunta 2: ¿Ha hecho transfusiones de sangre? Pregunta 3: ¿Receta productos cuya administración está prohibida en el deporte? Si tampoco tienen que responder a muchas más cuestiones. ¿Que dicen que no? Pues que el juez se encargue de determinar quién miente si Manzano presenta una denuncia. ¿Que dicen que sí? Pues que expliquen por qué lo hacen, qué razones deontológicas habrá, además de económicas, pero éstas no vienen al caso.

Lo que viene al caso es que ya va a hacer un mes de que Manzano denunció la trama del doping, que varios ex compañeros suyos han dicho que todo lo que cuenta es verdad, y seguimos sin saber aún qué dicen los médicos presuntamente implicados. Uno, porque acude a declarar a escondidas; otros, porque lo van a hacer en lugar secreto. Por cierto, para eso mejor no decir nada, pues no hay mejor manera para garantizar la privacidad del encuentro. De esta manera ni siquiera habría que mentir, que fue como se amparó la presencia de Córdova, actual médico del Liberty, ante la comisión de investigación. ¿A qué vendrá tanto trato de favor con los médicos?