Hoy se celebra el sorteo de la eliminatoria España-Holanda de la Copa Davis. Juegue quien juegue y sea cual sea el orden de juego nos tiene que dar igual. Veamos: nuestros cuatro jugadores de Copa Davis suman esta temporada 54 victorias y 25 derrotas, los holandeses suman 30 y 30, respectivamente; en los enfrentamientos directos entre los cuatro jugadores españoles y los cuatro holandeses ganan los nuestros por 17 victorias contra 8; nuestros cuatro jugadores han disputado 62 finales del circuito profesional de las que han ganado 30, y los cuatro holandeses han disputado 17 finales con un balance de 10 victorias. ¿Se puede dudar de la victoria?

Es evidente que no, juegue quien juegue. Nadal y Robredo tienen el derecho moral a reivindicar la titularidad, porque fueron quienes nos clasificaron para esta eliminatoria al vencer a los checos en su cancha. Moyá y Ferrero, mientras, convalecían de unas lesiones cuyos síntomas parecían obedecer a un deseo de recuperarse para futuros torneos y, de paso, quitarse de en medio de una eliminatoria incómoda. Pero también es cierto que a estas alturas de la temporada Moyá es el jugador más en forma con 20 victorias y 5 derrotas que le han llevado a ganar los torneos de Chennai y Acapulco y alcanzar las finales de Sydney y Buenos Aires.

Moyá, además, es mallorquín y la eliminatoria se disputa en Mallorca. Nadal también lo es y a su favor tiene que asegura el espectáculo con la agresividad y la casta con que disputa cada punto. Formarían una pareja perfecta para los individuales. Pero... ¿y Ferrero? ¿Se va a quedar fuera el jugador más emblemático de nuestro equipo? Eso, supongo, lo decidirá él mismo. Si ha ido será para jugar. Quedarían entonces Nadal y Robredo para el doble. Si, como las previsiones indican, se llegase a este partido con 2-0, a Nadal le correspondería la gloria, junto a Robredo, de ganar el punto definitivo. Así todos quedarían contentos.