Guariniello nos da una lección

Guariniello nos da una lección

El juez italiano Guariniello ha mostrado su interés en escuchar a Manzano. La brigada de narcotráfico de la policía italiana ha ofrecido su ayuda a Manzano, por si le hiciera falta ante las amenazas recibidas. Conviene aclarar que Manzano no es italiano, sino español. De Zarzalejo, pueblo próximo a la sierra madrileña. No está imputado por la justicia italiana, ni tampoco las amenazas proceden de Italia. Sucede que allí, como ocurre en Francia, quieren acabar con el doping. En esos países se toman el doping como un problema muy serio. Por eso está en manos de los jueces y éstos se apresuran a hablar con cuantos tengan cosas que decir.

Guariniello leyó los testimonios de Manzano en el AS, los ha considerado creíbles y como sabe que el doping no es cosa de un ciclista, de un equipo o de un país, le interesa hablar con Manzano para avanzar en sus investigaciones. Guariniello no va contra los intereses del ciclismo español, tampoco contra los del Kelme. Su investigación va mucho más allá y sobrepasa el ámbito del ciclismo y de sus corredores. Persigue las complejas redes del doping, el tráfico de sustancias prohibidas, a sus inductores y proveedores, los fármacos que salen de laboratorios clandestinos, los productos de última generación, el fraude deportivo...

Son tantas cosas, tan generalizadas y peligrosas para la salud de miles de deportistas, que por eso, para perseguirlo y castigarlo, el doping es delito en Francia y en Italia. Guariniello, en el ejercicio de sus responsabilidades, no ha tardado ni una semana en querer hablar con Manzano. Mientras, aquí, en su propio país, ni un solo juez se ha interesado, no por su caso, que en este caso sería lo de menos, sino por toda la trama que pueda haber detrás y que alcanzaría proporciones colosales por una simple razón: si en Francia e Italia hay doping siendo delito, ¿qué no habrá en España? Ahora se entiende por qué nos ven como un paraíso del doping.