Vicente Belda, director del Kelme, no compareció ante la Comisión de Investigación del caso Manzano. No compareció, porque tampoco recibió ninguna comunicación oficial, según hizo saber a las 18:53 del jueves 1 de abril, es decir, 16 horas y 37 minutos antes de la cita, pues le habían convocado para las 11:30 de ayer. Daba por supuesto que la citación no le iba a llegar en el transcurso de la tarde, aunque tampoco, si fuera así, son maneras de citar a la gente de un día para otro, y más cuando se vive en Alicante. Pero es curioso. A los miembros de la Comisión les constaba que Belda había sido citado, pues con tal fin habían sido llamados, pero a él no.

Esta vez quien citaba era Cecilia Rodríguez, no Guillermo Jiménez, presidente de la Comisión y quien tomó las riendas desde el primer minuto. La doctora Rodríguez es la responsable del laboratorio antidoping del Consejo Superior de Deportes (CSD), cuyas máquinas o métodos han mostrado su ineficacia para descubrir la trama denunciada por Manzano, pues él mismo da fe de que se ha dopado y jamás ha dado positivo. Guillermo Jiménez es el director general del CSD a quien Gómez Angulo le fue cortando las alas con la misma rapidez que el ímpetu de su director crecía para acumular pruebas de los testimonios de Manzano.

El resultado es que ahora la investigación no avanza. Belda, por lo pronto, no compareció porque no le llegó el comunicado. El CSD tampoco aporta pruebas de lo contrario. Esto es muy grave. Lo que antes era raudo y transparente se ha vuelto lento y opaco. Manzano no tuvo que esperar a que le llegase nada para declarar. En cuanto supo que se había creado una comisión hasta allí se fue. A Belda le tendrá que llevar la Guardia Civil y para eso tendrá que citarle antes un juez. Si tenemos que esperar a que declare voluntariamente, apañados vamos. Ahora se ven cuántas ganas tenía de aclarar todo lo que ha denunciado Manzano.