Egipto sigue dominando la más importante competición africana de clubes, la Champions League. Si el pasado año ganó el Al Ahly, en este ha tomado el relevo su eterno rival, el Zamalek de El Cairo. Superó al RAJA de Casablanca (Marruecos) por 1-0. Pero hubo otro vencedor: el público, que llenó los campos a reventar.

Poco a poco este torneo va calando en conceptos que superan lo meramente deportivo para situarse en el escaparate de un fútbol emergente, ahora más con la llegada de los patrocinadores, la publicidad y la televisión. La CAF (Confederación Africana de Futbol) ha copiado claramente el modelo de la UEFA y le está saliendo bien. ¿Quién iba a pensar hace diez años que la final africana de clubes se iba a transmitir a 40 cadenas de todo el mundo y en directo por Eurosport? De todos modos, tanto en Casablanca como en El Cairo los organizadores deberían cambiar algunos aspectos obligatoriamente. Llamada al orden a los finalistas para comportarse deportivamente (sin las tanganas sucedidas en los dos choques), mayor criterio arbitral sin influenciar los apasionados ambientes y facilidades de desplazamiento para las aficiones rivales. Este año, el Zamalek se llevó el millón de dólares de premio y el pase para el Mundialito de clubes de la FIFA, si es que se celebra finalmente...