Punto, sexo, partido...

Punto, sexo, partido...

La venta del tenis masculino se hunde ante el glamour del circuito femenino. Es realidad constatada por los anunciantes de televisión en EEUU y en medio mundo: se llevan los piropos a los modelitos y jadeos de Kournikova y las hermanas Williams, la medición de las soberbias piernas de Hantuchova, el éxtasis ante el 90-60-90 de Dementieva. Y quietos, que llega de Kazajstán la Kournikova del año 3.000: Simonya Popova. Mide 1.82, tiene 18 años, se entrena con Bollettieri en Florida... y le gana a los tíos.

Es que las Lolitas ganan... con la excepción de Kourni, la ardiente amiguita de Enrique Iglesias. Hantuchova, cuyas piernas son tan dignas de la pasarela de Milán como las de su paisana Carolina Kourkova, dejó a Magüi Serna para el arrastre y desplaza su estupendo esqueleto en dirección a los depósitos de triglicéridos de Conchita Martínez. A tenis, igual gana Martínez. A glamour, ni con liposucción, sorry. Hantuchova dice lo mismo que Popova: "Por favor, no me comparen con Anna Kournikova. Estoy aquí para ganar partidos y dinero". Vale tía: Kourni gana más dinero que tú. Hace poco, contrataron a Anna en Dublín, para una exhibición. Avisó que estaba lesionada. Respuesta de la organización: "Nos vale con que vengas a cenar". Eso se llama punto, sexo, partido.