¡Hala Madrid!

Apenas ha irrumpido en el mercado el himno del Centenario del Real Madrid y ya han salido a la calle los tanques de los envidiosos y los acostumbrados a poner cepos a cualquier novedad relacionada con el club con más adeptos del mundo. Para los más escépticos con el solemne y majestuoso himno compuesto por José María Cano, propongo un ejercicio como terapia de seducción musical. Ponga el CD en su aparato y apriete el play. Siéntese en su sillón preferido y eleve el volumen al máximo hasta que revienten los baffles. Cuando irrumpa en sus pabellones auditivos la voz impactante de Plácido Domingo, comprenderá que está asistiendo al encumbramiento de un himno que perdurará en miles de corazones.

Este ¡Hala Madrid!, como dice el maestro Ferrándiz, tiene una letra "firme, inductora y gráfica". Muy alejado de ese himno clásico cantado por José de Aguilar (q.p.d.), un tipo entrañable que también es el que puso (y muchos desconocen este dato) la voz al himno del Atlético de Madrid que cada 15 días atrona el Vicente Calderón. Sólo sé una cosa. Cuando Plácido Domingo sacude el primer arreón tras la estrofa que antecede al ¡Hala Madrid!, parece que un ejército de furia sacude mi caja torácica. Es como Freddy Mercury en ‘Barcelona’, o como la banda sonora de ‘Braveheart’. Tiene fuerza y sentimiento. Me mola.

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