-Lo suyo ha sido una década prodigiosa, con una máquina de ganar. ¿Lo podrá volver a repetir?

—No creo que alguien más pueda jugar siete finales de Copa de Europa, ganando seis y dos de Recopa, ganándolas ambas, en ese período de tiempo..

—¿Cómo ha conseguido ese hito?

—Para que fuese posible tuvieron que coincidir muchas cosas: unos jugadores extraordinarios y una forma de trabajo determinada que llevaron a dar espectáculo, con un juego muy atractivo para el espectador y muy divertido para los jugadores.

—Y ahora, como corolario, la distinción de mejor entrenador de la década. ¿Qué representa para usted?

—Agradecimiento para quienes me la han concedido y para todo el equipo. Me motiva para no desfallecer. La motivación la tenemos todos lo que componemos la plantilla del Barcelona, máxima después de perder la Liga y la Copa de Europa en la pasada temporada.

—¿Ha sabido digerir la pérdida de la hegemonia en España y en Europa y en la misma temporada?

—Estaba preparado para cuando llegase el momento en que no lo ganásemos todo, y quizá por ello la pasada temporada no fue la peor de mi carrera en el Barcelona. Estaba clarísimo que no podíamos ganar siempre y, aún así, luchamos hasta el último segundo por todos los títulos en todas las finales. Recuerdo que hubo una temporada más dura que esta última, la 86-87, en la que sólo ganamos la Supercopa de España y fuimos rápidamente eliminados en la Copa de Europa.

—¿Qué le ha quedado especialmente grabado de estos diez años?

—Hay dos muy especiales. El primero fue el encuentro de vuelta de la final de la Copa de Europa de la temporada 99-00 en la que derrotamos al Kiel en el Palau en un partido inolvidable e increíble; nos jugábamos el título y remontamos tres goles en contra. Tampoco olvido la eliminatoria de hace tres temporadas frente al Vezprem en que superamos diez goles en contra en apenas veinte minutos, pero el de la final ante el Kiel es quizás el más especial.

—¿Le afecto en su trabajo el llamado efecto Iñaki Urdangarín?

—Todos nos involucramos en aquello y cuando llegó la noticia de la relación entre Iñaki y la Infanta Cristina, lo que creó una gran expectación en torno al equipo, no nos afecto en absoluto.