Tres goles en apenas 15 minutos y adiós a los fantasmas. Ballack, Neuville y Rehmer pusieron, así, de carrerilla, a Alemania en el Mundial de Corea y Japón. El 4-1 final no sirve para disipar todas las dudas sobre el fútbol alemán, al que incluso el resultadismo ha abandonado en los últimos tiempos, pero al menos sirve como premio a Rudi Völler, a quien se le encomendó la difícil tarea de curar los males de una selección ridiculizada en la Eurocopa 2000.
Ayer, todo funcionó en el Westfalenstadion de Dortmund. La red tejida por Völler maniató a los ucranianos, a los que la trascendencia del partido superó. Ballack, la joya del Bayer Leverkusen por la que en su día suspiró el Real Madrid, abrió el marcador al cabecear un buen pase de Schneider, su compañero en el equipo de las aspirinas y uno de los hombres que más disfrutaron del atracón de ayer.
El gol no despertó a Ucrania, en la que Lobanovski apostó por Parfenov y Timoschyuk para llevar el timón. Pero el equipo anduvo a la deriva desde el vestuario.
Kahn no intervino. Sin apenas tiempo para reaccionar, sin ni siquiera haber llegado un balón a los pies de Shevchenko y Vorobei, Neuville hizo el 2-0. Y Rehmer, el 3-0. Fin de la historia y del sueño ucranio de alcanzar el primer Mundial de su historia.
Con el resultado como colchón, Alemania siguió funcionando, con Ballack con plena libertad, Jancker y Neuville recreándose en sus acciones y Kahn calentándose los guantes para no pasar frío. Oliver, candidato al Balón de Oro, no tuvo que intervenir durante la primera mitad. El único susto (sustito, pues con 3-0 a favor...) llegó en el minuto 38, cuando Shevchenko, quien sí le ganaría la partida en el minuto 90, cabeceó alto el primer pase que le dieron en condiciones. El resto no fueron más que patadas a seguir, como en el rugby.
Lobanovski no se inmutó. Tan sólo cambió el rictus para ordenar que Husin supliera a Timoschyuk, incapaz de llevar la manija en el centro del campo. Ése fue un coto cerrado de Hamann y Schneider, quien volvió a brillar en el cuarto gol. Recuperó un balón, abrió con la zurda a Neuville y éste la puso al área viendo la llegada de Ballack, quien culminó su hat-trick en el play-off con Ucrania. Él fue el alma de un equipo herido, pero, como la historia se ha encargado de repetir, nunca muerto.
El detalleRudi völler podrá revalidar título
Völler cumplió con la labor que le encomendó la Federación Alemana al elegirle como sustituto de Christoph Daum tras dar éste positivo por consumo de cocaína. Völler podrá así revalidar el título que conquistó, como jugador, en Italia-90. En aquella final de la Copa del Mundo ante Argentina, resuelta con un gol de penalti de Brehme, Völler formó ataque con Klinsmann.
