La gimnasia es una de las pruebas fuertes de la Universiada, donde hay un altísimo nivel, y nos vamos a quedar sin saber dónde se sitúa en estos momentos nuestro Carballo en el concierto mundial. Era una de nuestras esperanzas de medalla, y quizá porque no se veía con fuerzas para subir al podio ha preferido esperar una mejor ocasión para ponerse a prueba.

Y si Carballo se va, Martínez llegó a Pekín hecho un coloso. Es el líder del equipo de atletismo, la baza más segura a ganar la medalla de oro. Está motivadísimo porque siente que no ha perdido la forma después de haber llevado seis centímetros más lejos su récord de España de lanzamiento de peso la pasada semana.

En Pekín podría establecer otra plusmarca, porque sabe que aún no ha conseguido un lanzamiento perfecto, que es el que anda buscando. Ese rondaría los 22 metros, que son palabras mayores. Y no está dispuesto a acabar la temporada sin buscarlo. Si no saliera en Pekín, quizá el próximo mes en los Juegos Mediterráneos, o a continuación en una gira que está perfilando por Australia. Canadá, China, Australia... Martínez se está convirtiendo en el atleta más internacional.