La Supercopa de la ilusión
Real Madrid, Valencia, Barça y Betis viajan a Arabia soñando con el primer título nacional del año. Los blancos, defensores del título y favoritos. Los azulgrana, outsiders. Verdiblancos y che, a reventar el posible Clásico de la final
Menos de un mes después de la final del Mundial en Lusail, el fútbol vuelve a mirar a Oriente Medio. Esta vez, por una cuestión mucho más doméstica y de una dimensión menor, la Supercopa de España, pero también con su picante y sus ilusiones. Riad acoge desde este miércoles la cuarta Supercopa con formato Final Four. Dos de ellas se han jugado en Arabia y las dos las levantó el Madrid, que se ha puesto a una del Barça en el palmarés histórico (12-13). Una de ellas (2019), incluso se llevó por delante a un entrenador, Valverde, en el Barça. La Supercopa de la pandemia la ganó el Athletic Club en La Cartuja. En esta edición hay un debutante con honores, el Betis, que comparece como campeón de Copa y que es el único de los cuatro participantes que nunca ganó el título.
La Supercopa de Arabia se lee también en clave económica. La FEF ingresa aproximadamente unos 40 millones de euros de los que los clubes se embolsan unos ocho millones, aunque no a partes iguales. Barça y Madrid se llevan 2,8 millones cada uno; el Valencia, que ya mostró su descontento el año pasado, gana 1,7; y el Betis apenas percibe 750.000 euros. Kosmos, la empresa de Piqué que le puso en bandeja el negocio a Rubiales, ingresa cuatro.
Mañana (20:00 horas) la pelota se pone a rodar en el estadio del Rey Fahd y ahí se olvida lo lucrativo. El Madrid defiende título y, pese a su titubeante regreso del Mundial, con triunfos justitos en Valladolid y Cáceres y derrota en La Cerámica, no puede sino ser el favorito. Así lo acredita también su condición de campeón de Liga, Champions y Supercopa. A Ancelotti le corresponde recuperar la velocidad de crucero del equipo, dependiente de la temperatura que tengan sus dos centrocampistas de oro, Modric y Kroos, pero también del talento de Benzema (máximo goleador en activo de la competición con cinco, lejos de los 14 de Messi), el físico de Valverde, la explosividad de Vinicius y el genuino talento de Rodrygo. Si hay fuego, siempre queda Courtois.
El Barça comparece como líder en solitario de LaLiga y principal outsider. Es difícil hacerse un juicio real de lo preparado que está para ganar un título un equipo que se ha estrellado esta temporada en los grandes días europeos y en el Clásico, pero que está siendo solvente en el torneo doméstico y, pese a las apariencias, apenas ha encajado seis goles en 16 partidos. A falta de consolidar el fútbol coral y total con el que sueña Xavi, los azulgrana están demostrando una fe inquebrantable y un buen espíritu de equipo que le ha permitido llevarse partidos que se le han puesto realmente feos (Osasuna, Valencia y Atlético, los últimos). En la Supercopa, además, recuperan a Lewandowski, que aún tiene que cumplir dos partidos de sanción en Liga, y es un seguro goleador (18 goles en 20 partidos oficiales). Pero tiene más. Desequilibrio en la banda con Raphinha y Dembélé, carácter indomable con Araújo y Gavi y talento con Pedri. Seguramente, de todos los equipos que llegan a Arabia es el que más urgencia tiene de títulos. La temporada pasada se le pasó en blanco y se descentró tanto que hasta celebró la derrota de la semifinal de la Supercopa contra el Madrid… Eso ya no se dará más.
Valencia y Betis, como ocurre en cualquier competición que ciegan los focos de Barça y Madrid, llegan con la intención de reventar el Clásico del domingo con el que sueñan los tenedores de los derechos de televisión. Y pueden soñar legítimamente. La última vez que pisó el Camp Nou, el Betis le ganó al Barça (0-1); y en la última visita a Heliópolis los azulgrana ganaron apuradamente y en el último minuto. O sea, hay partido. Es el Betis un equipo construido con la paciencia y el sentido común de Manuel Pellegrini, que ha llenado el corazón de los béticos con un equipo de un buen gusto tremendo coronado por jugadores del nivel de Guido, Carvalho, Fekir o Canales y que ahora añade la explosión de Luiz Henrique. Ver a Joaquín levantar un título para su Betis en Riad con 41 años y medio resultaría casi poético.
En el Valencia, la estrella es Genaro Gattuso, pero la misma se ha apagado en los últimos partidos (un triunfo de los últimos ocho en Liga). A los che les han cogido el truco y, de alguna manera, al italiano le está resultando difícil desarrollar su idea por las limitaciones de capital humano que tiene. De todas formas, el Valencia siempre ha tenido alma de grande y pese a ese malvivir constante desde que declaró el estado de supervivencia que le tiene en continua tensión social, ha sido campeón de Copa en 2019 y finalista el año pasado, cuando Yunus Musah mandó a las nubes la ilusión de los que imaginaron otra vez al Valencia campeón en Sevilla. Su última Supercopa data de 1999.
Palmarés histórico de la Supercopa
La capital del fútbol español se traslada pues, estos días, a Riad. Cuatro equipos repartidos en cuatro puntos cardinales distintos de la extensísima ciudad. La Real Federación Española de Fútbol, dueña de la corona y repartidora de dividendos, en un Crowne. El Barça, en un Fairmont; el Betis, en un Hilton; el Madrid, en un Marriot; y el Valencia, en un Radisson.
Y a las 13:00 horas de hoy, Medina Cantalejo, líder de los árbitros, presentando el fuera de juego semiautomático. Como si lo de las manos de este fin de semana no hubiese sido suficiente.