El arbitraje es mejorable, pero nunca será infalible
Pongamos el sistema o la estructura arbitral que consideremos ideal, las jugadas de apreciación van a seguir existiendo y también los errores.
Asistimos, un año más, al comodín del arbitraje para cargar en él todas nuestras frustraciones, algo que de paso sirve como cortina de humo para que no se critique una gestión o no conseguir los objetivos deportivos. Todo el mundo quiere cambiar el arbitraje, pero nadie da con la solución mágica de que las jugadas de criterio dejen de ser de criterio.
Se habla de un problema sistémico, de cambios de estructuras y demás palabras bonitas que se quedan en eso. Basta con ver los problemas que hay en todas las ligas, sobre todo en la segunda vuelta, con las decisiones arbitrales. Con estructuras diferentes de arbitraje existen los mismos problemas en todas las competiciones, por lo que podemos decir sin miedo a equivocarnos que el problema no es estructural, sino más bien de no querer comprender que el error es consustancial a cualquier actividad.
La elección de los árbitros siempre será subjetiva, esté quien esté, Esto no es atletismo, donde un reloj te dice quién es el mejor o el más rápido. Ahora quieren transparencia, otra palabra muy bonita, cuando lo cierto es que los clubes pueden escuchar todos los audios del VAR en las Rozas.
Los árbitros, cada fin de semana, se reúnen y hablan de sus errores. El gran problema reside en que los que veían claro un pisotón en la jornada 5, en la 23 ya no ven tan claro ese mismo pisotón. Puede ser también que las conspiraciones vayan de un lado a otro dependiendo de los resultados. No me gusta jugar a futurólogo, pero voy a hacer ‘spoiler’. Pongamos el sistema o la estructura arbitral que consideremos ideal, las jugadas de apreciación van a seguir existiendo y también los errores. Cada uno seguirá viéndolo según el color de su camiseta. Existen y existirán errores inexplicables, aunque en el transcurso de la competición no hay tantos. Igual si todos cuidáramos un poquito al arbitraje y no jugásemos a ver quién dice la mayor burrada o la crítica vacía de contenido podríamos entender lo difícil y necesaria que es la labor del colegiado.
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¿Necesita mejorar el arbitraje? Sin duda. Pero ojo, el periodismo deportivo también, los jugadores también, los entrenadores también. Nadie es perfecto en su trabajo. A todos nos toca bajar el tono en torno al arbitraje, que es cuestión recurrente en ciertos momentos de la temporada. Y a los que crean que tienen la solución ideal para que el árbitro acierte y no haya polémica, sin pretender ser vinagre, ya les adelanto que no existe.
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