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DEPORTIVO

La indignación con los arbitrajes no para de crecer en el Depor

El doble rasero con Quiles y Domínguez se suma la permisividad de los colegiados, los dos penaltis contra el Bilbao Athletic, la clamorosa mano de Quintana...

Actualizado a
Quiles, junto al colegiado antes de ver la segunda amarilla.
Salvador Sas

"El partido ha estado condicionado por lo de siempre". Así de resignado se mostró Borja Jiménez tras la derrota del Deportivo ante el Celta B en Balaídos. "Es lo de todo el año", asume el técnico, que se pasó toda la primera vuelta tratando de minimizar la presión sobre los colegiados aún siendo consciente de que el equipo tenía que sobreponerse al rival y también a arbitrajes que salían cruz en cada mínimo detalle. La espoleta saltó en Vigo con la expulsión de Quiles, en teoría por simular un penalti. Una amarilla que indignó el doble porque cuatro minutos antes Carlos Domínguez, que ya tenía tarjeta, no vio la segunda amonestación en el penalti que cometió sobre William. Quiles, al final del encuentro, fue así de contundente: “El árbitro me dijo que se jugaba su carrera si pitaba penalti, que era amarilla”.

El problema para el Deportivo es que llueve sobre mojado. Hace solo tres jornadas Riazor no salía de su asombro al ver como Ruiz Álvarez se comía una escandalosa mano de Quintana. Una parada en toda regla a un remate de Juergen que se colaba en el derbi ante el Racing de Ferrol (0-0). Otra tarde negra se vivió ante el Athletic de Bilbao, en el que quedaron sin pitar un penalti sobre William y otro de manual a Álex Bergantiños tan tonto como claro. Una lista a la que hay que sumar el mosqueo que había en el vestuario por la falta de penaltis a favor (el primero llegó en la jornada 18 ante el Talavera), la permisividad arbitral con las faltas que recibían y otro buen número de jugadas dudosas que nunca han caído del lado blanquiazul en caso de duda. Un enfado, además, lejos de los resultados, ya que crecían cuando el Depor era un líder sólido.

Las designaciones y el aplazamiento ante el Racing

A todo este malestar arbitral se suma la sensación de maltrato desde la RFEF con varias decisiones que levantaron ampollas. La fecha de la Copa del Rey ante el UCAM antes de visitar A Malata, con un día menos de descanso que el Racing. Problema que repitió con Osasuna y la visita a la Cultural, aunque esta vez la RFEF sí rectificó. La protesta por la designación de árbitros cántabros acabó en choteo del la Federación, con cuatro colegiados de esa comunidad en seis partidos. Por último, el aplazamiento del partido ante el Racing de Santander, con el Depor líder y seis puntos de ventaja, con solo dos casos positivos. Más allá de la decisión sanitaria, en la Plaza de Pontevedra indignó ver como el Racing se bajaba del autobús para viajar a A Coruña sin que el club coruñés tuviese la más mínima comunicación.