A la final de la Copa 17 años después, de la mano del 17

A sus 40 años, el director de esta película llamada fútbol le tenía aún reservado un giro de guión a la carrera de Joaquín. El portuense esperaba en la banda para saltar al césped cuando el Rayo empataba la eliminatoria. Todo se oscurecía en Heliópolis pero ahí emergió el eterno capitán para inventarse un pase de la nada, dejar a Canales solo ante el portero y que Borja Iglesias rematara la faena. El 17 del Betis devolvía a los verdiblancos a una final 17 años después. De película.

Joaquín levantó la Copa del Rey en 2005, último título del Betis, y la final en La Cartuja parece el escenario ideal para su despedida del fútbol por todo lo alto. Aunque el portuense reconoce que lo que ha tenido más que claro a lo largo de la temporada, ahora no se ve tan nítido, porque se ve capacitado para seguir disfrutando con los suyos de noches como la del pasado jueves.

Porque jugando más o menos, nadie duda que Joaquín es el capitán y alma del Betis. Y su discurso en el vestuario antes del partido así lo demuestra: “Los béticos y este club llevan sufriendo muchos años. El sacrificio y el esfuerzo llevan a la gloria. Un tío me inculcó que no hay cosa más bonita que hacer felices a los demás”. Y en la celebración, no pudo ser más contundente: “¡Qué bonito es ser del Betis!”.

Pellegrini decía en la sala de prensa que la retirada de Joaquín no tiene fecha. Lo que sí la tiene es la final de la Copa del Rey, el 23 de abril en el estadio de La Cartuja. Una distancia de menos de 8 kilómetros separan dicho estadio del Villamarín, aunque el trayecto del Betis le haya obligado a eliminar a Sevilla, Real o Rayo entre otros. Pero eso sí, con Joaquín de conductor.