Lucas y Cazorla, reencuentro de dos viejos rockeros: “En casa estamos bien, ¿eh?”

Una imagen publicada por el Real Oviedo tras el choque de Riazor supone la mejor campaña de marketing posible para una Liga Hypermotion que ha comenzado este fin de semana. En ella, Santi Cazorla (39 años) conversa de forma distendida con Lucas Pérez (35 primaveras), ambos sentados sobre el suelo en las entrañas de Riazor. Los dos futbolistas coincidieron en la temporada 2016/17 en el Arsenal y, por las palabras de Lucas Pérez, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que conversaron.

“Siéntate aquí, que hace siglos que no te veo”, le suelta Lucas a Cazorla, después de que el segundo salga del vestuario del Oviedo con una camiseta para regalar a su ex compañero. Los dos departen sobre cómo están, “en casa estamos bien, ¿eh?”, le dice Lucas Pérez. Porque la historia de ambos guarda ciertos paralelismos.

El gallego regresó a casa para cumplir su sueño: el de dejar al Deportivo en la elite. No le importó rescindir su vínculo en el Cádiz, en Primera, donde aún era importante para volver a casa. Tampoco le influenció el hecho de perder dinero. Lo hizo por amor a unos colores, y el ascenso a Segunda logrado al final del curso pasado le refuerza en una decisión romántica.

El final del pasado curso estuvo cerca de regalarle a Santi Cazorla un premio aún más grande: el de guiar a su Real Oviedo a Primera 23 años después. Santi puso fin a su periplo en Catar y se debatía entre varios caminos, con la retirada llamando a su puerta. Pero quiso cumplir su sueño de pequeño, el de jugar en su equipo. Por eso bajó al barro. Demostró que su aportación no se ceñía solo a símbolo del Real Oviedo, sino que también podía aportar en el campo. Cuando estuvo sano fue uno de los puntales del equipo que se quedó a solo 90 minutos de volver a Primera. “Un palo lo del año pasado al final”, le cuenta el de Llanera a su amigo.

Ahora ambos, Lucas y Santi, vuelven a comandar las esperanzas de sus equipos en una temporada especial, con muchos ilustres en la competitiva Segunda División. La jornada inaugural permitió un reencuentro de viejos rockeros que cerraron la escena entre confidencias. “Por el buen jamón londinense que nos tomábamos, ¿eh?”, como subraya Lucas. Y Cazorla le dedica su camiseta “para el número uno”.

Buena imagen en el campo

Y está lo que sucedió en el verde, claro. El Depor-Oviedo sirvió para confirmar lo que se intuía, que los dos veteranos futbolistas tienen mucho que decir esta temporada. Y, de paso, que sus equipos les necesitan. Lucas fue el 9 de referencia en el sistema ideado por Idiákez, que decidió prescindir de otro ariete como Barbero para poblar el medio del campo. “Su planteamiento nos sorprendió un poco, no esperábamos que nos vinieran a apretar”, reconoció al final del choque Del Moral.

Para Lucas quedó ese rol de referencia más ofensiva y bastión en las jugadas a balón parado, donde ganó pesó en los planes deportivistas. Sobre su aportación ofensiva, gozó de un par de buenas ocasiones en la primera mitad pero David Costas y, sobre todo, un espectacular Dani Calvo, evitaron que estrenara su cuenta anotadora de la temporada.

En el caso de Santi Cazorla, su contribución fue más breve pero, seguramente, con aún más impacto en el juego que la de su ex compañero. Porque el internacional fue el primer recurso del que echó mano Calleja en el periodo en el que Depor más dominaba y cercaba el arco de Aarón, en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. Pero Cazorla saltó al césped en el minuto 60 y todo cambió.

Cada balón que pasó por las botas del de Llanera, mejoró. Su detalle más mágico, una excelente asistencia que dejó a Paraschiv, debutante ayer, en las inmediaciones del gol, sin ser capaz el rumano finalmente de convertir el gran pase del media punta.