EUROPA LEAGUE (1/16, VUELTA) | REAL SOCIEDAD - LEIPZIG
Redención en la final contra el Leipzig
La Real Sociedad quiere levantarse de su bochorno en el derbi rematando el 2-2 de la ida en un Reale Arena que será una fiesta. Isak y Januzaj, sí entran. Merino, no.
La Real Sociedad busca una necesaria redención tras el bochorno sufrido en el derbi vasco de San Mamés. Se lo debe a su gente. Se lo debe a sí mismo. Un proyecto tan atractivo como este de Imanol Alguacil no puede tener de forma perenne un borrón tan estrepitoso. Hay que pasar página ya. Y la mejor manera de hacerlo es con un gran encuentro contra el RB Leipzig en el Reale Arena y su clasificación a lo grande para los octavos de final de la UEFA Europa League por primera vez en su historia (sigue el partido en directo en AS.com). Con su afición entregada en la grada, ante un rival de mucho tronío, y con un camino lleno de piedras que aunque sea muy difícil, sí que puede superar.
La Real va en busca de una de esas inolvidables grandes noches europeas, de esas que se recuerdan durante mucho tiempo, que le reconcilie con su afición, y con su idea de fútbol, que parece haberse perdido en algún momento de esta larga temporada. Es el día de dar un golpe sobre la mesa, de demostrar de lo que es capaz este equipo txuri-urdin, y de mostrar a Europa todo el potencial que tiene dentro, que aunque ahora todo se vea un poco negro, es una barbaridad. Hay que levantarse a lo grande, como demandan las grandes ocasiones. Y ésta puede ser una de ellas. En el horizonte la revancha contra sí mismos por lo que pasó hace un año contra el Manchester United. Toca rematar la faena para quitarse de una vez por todas esa espina que tienen clavada los donostiarras, y jugar por fin unos octavos de final.
Para ello, Imanol duda entre si repetir el planteamiento que tan buenos réditos le dio en Alemania, o si volver a su idea tradicional de intentar ser más protagonista con el balón. Vamos que la disyuntiva es la siguiente: llevar la alternativa del juego que es lo que puede demandarle su público al jugar en casa, o cedérsela al RB Leipzig para esperar replegado y salir con rápidas transiciones. El temor es claro, que los alemanes no tengan espacios para correr a la espalda de su defensa, porque si no están perdidos, por su potencia y capacidad físicas. Imanol quiere plantear un partido inteligente, pero no puede olvidarse de sus señas de identidad: ser valiente y atrevido, dos ingredientes que se antojan claves para superar este complicado reto.
Evidentemente, no es lo mismo afrontar este partidazo con Alexander Isak, Adnan Januzaj y Mikel Merino que sin ellos. Por su calidad son fundamentales en la idea de juego de la Real Sociedad, y en gran parte lo que pretenda hacer Imanol dependerá de su presencia o no en el once inicial. Uno seguro que no estará, Merino, porque su golpe en la cabeza desaconseja completamente su participación en este partido, a pesar de que el navarro quería jugar. Mejor no arriesgar que ha sufrido dos golpes muy fuertes en la cabeza en apenas dos semanas. Pero Isak y Januzaj sí están en la lista. Y "al 100%", como se ha encargado de matizar el propio Imanol. Así que respira un poco el realismo porque son dos jugadores capitales en el ataque de la Real. Con ellos la montaña no se ve tan alta, y permite ser un poco más optimista. La duda está en quién hará de Merino, si Zubeldia adelantará su posición, como parece lo más lógico, o si se atreverá el oriotarra a juntar a Silva y Rafinha en la medular, algo nada descabellado, aunque un poco improbable, debido a la exigencia física que planteará el RB Leipzig, que llega a San Sebastián sin dar pistas sobre el estado físico de sus jugadores y con la duda de si Angeliño estará en condiciones de ocupar su lateral izquierdo. Si el gallego no está también será otro aspecto a favor de los realistas, porque en la ida demostrado que su precisión en los centros es milimétrica. Viendo sus resultados a domicilio, y sus últimos partidos, los alemanes dan bastante miedo, y está claro que el reto es de mucha altura; pero ya va siendo hora de ver a la Real de Imanol logrando lo que parece imposible. Con su gente. Con el Reale Arena a reventar. Una noche para la historia. Redención y clasificación.