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RAYO VALLECANO I ENTREVISTA AS

Andoni Iraola: "Si mantenemos nuestro nivel nos va a ir bien"

Su Rayo se come el turrón en Champions. Es el técnico revelación de Primera en su estreno en la categoría y añade cautela a la ilusión de Vallecas ahora que asoma un 2022 muy exigente.

Iraola posa para AS en el banquillo de la Ciudad Deportiva.
PEPE ANDRÉSDIARIO AS

Andoni Iraola (Usurbil, Guipúzcoa, 39 años) ha vivido una Navidad diferente, con su Rayo en cuarta posición y encerrado en su habitación tras dar positivo en COVID. El míster atiende por teléfono a AS para repasar un 2021 mágico, en el que construyó un ascenso y cuya obra maravilla en Primera. El mejor local de toda Europa seduce a propios y extraños, por juego y resultados. Su arquitecto no puede ocultar la sonrisa, pero tampoco despega los pies del suelo. El calendario de 2022 aprieta, aunque confía en sus chicos para que no ahogue. Vallecas se merece seguir soñando. De momento, el equipo franjirrojo se someterá este lunes a nuevos test para volver al trabajo el martes y empezar a preparar su asalto al Metropolitano...

—¿Cómo se encuentra? ¿Preocupado por el brote de COVID?

—Yo he sido uno de los positivos. He estado aislado y aburrido en la habitación. Antes les tocó a otros equipos y ahora nos ha llegado a nosotros. Los últimos días no ha habido nuevos contactos, así que esperemos que el brote se quede ahí. Todo el mundo es asintomático o tiene síntomas leves.

—¿A qué sabe una Navidad en Champions?

—Más allá de la posición, le doy importancia a los 30 puntos. Somos conscientes de que, aun teniendo un buen ritmo en la segunda vuelta, habrá equipos como Atlético, Real, Barça, Valencia, Villarreal y Athletic que seguramente nos pasarán. Esos 30 puntos no nos los va a quitar nadie. Todos estamos contentos porque las cosas han ido bien, pero no hemos conseguido nada. El calendario para empezar 2022 es muy feo. A ver cómo salimos...

—Ahora que 2021 va llegando a su fin, ¿con qué instante se quedaría?

—¡Con la noche de Montilivi! Fue uno de esos partidos que cambian la trayectoria de mucha gente, de los jugadores y la mía propia. Muchos no teníamos experiencia en Primera y eso nos ha permitido disfrutar de esta campaña.

—¿Se llegó a imaginar una temporada así?

—No. Veníamos de subir, pero de los tres que lo hicimos, fuimos a quien más les costó. Éramos de los favoritos para descender, aunque luego hay que jugar. A pesar de empezar con dos derrotas (Pizjuán y Anoeta), el Rayo demostró que no estaba tan lejos de poder competir contra esos rivales de la parte alta. Eso nos vino bien para coger el ritmo de la primera vuelta. Estamos encantados por los puntos y, sobre todo, por el juego y el nivel que demostramos.

—El estilo del Rayo es reconocible y enamora, ¿cuáles son sus principios innegociables?

—A ritmos altos somos muy peligrosos, nos va bien jugar en campo contrario y que haya muchas ocasiones, que pasen cosas en los partidos. Eso hace que sean entretenidos y la gente se lo pase bien.

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CHEMA DIAZ

—El fútbol ha evolucionado del tiqui-taca a la verticalidad…

—Hay corrientes y solemos imitar lo que funciona. En aquel momento, a raíz de los éxitos del Barcelona y la Selección, la tendencia era otra. Ahora los equipos que están dominando en Europa, como Bayern o Chelsea, son fuertes a nivel físico y su ritmo de juego es alto.

—En un artículo de 'Coache’s Voice' habló de Patrick Vieira y cómo le marcó. ¿Quién ha sido su mayor inspiración?

—He tenido buenas fuentes porque he tenido buenos entrenadores. A quien más le tengo que agradecer es a Valverde. Él me dio la oportunidad de debutar en el Athletic y, como técnico, he cogido muchas cosas suyas. Hablaba de Vieira porque era lo más distinto a lo que había vivido. Él venía del City con un juego posicional, de ataque organizado, que no es algo que me vaya, pero me da otros argumentos que añadir al juego más vertical, de llegar por fuera, que había conocido antes.

—¿Cuándo supo que su futuro iba a estar en los banquillos?

—No fue de un día para otro. El año y medio en Nueva York me sirvió para formarme, aunque en ese momento ni lo pensara, y para tener claro que quería probarlo. Luego, las cosas se fueron precipitando. Una aventura llevó a otra… Y aquí estamos. No es bueno pensar mucho en el futuro porque las oportunidades salen de repente y debes tomar decisiones en pocas horas.

—Ha tenido una carrera meteórica que le ha convertido en el técnico más joven de Primera en su debut, ¿da vértigo?

—Las cosas han pasado muy rápido. He tenido la suerte de llegar a dos clubes y, sobre todo, dos vestuarios que me han dado mucho, como Mirandés y Rayo. Todo ha ido rodado, pero llegarán momentos complicados. Ahí será cuando haya que estar a la altura y sacarlos adelante.

—¿Qué siente cuando le definen como el técnico revelación del equipo revelación?

—Probablemente las expectativas estaban tan bajas que nadie se esperaba vernos arriba. Con un enero tan complicado como el que se avecina, si no ganamos ningún partido puede cambiar la película...

—Este once es el mismo del pasado curso con apenas dos retoques, ¿qué lectura hace?

—Es la primera vez que estoy una segunda temporada en el mismo equipo y prácticamente con el mismo grupo. He notado una ventaja importante porque los jugadores tienen interiorizadas las bases del juego y podemos ir más al detalle.

—Está sacando mejores resultados en Primera que en Segunda y casi con los mismos jugadores…

—El año pasado se nos atascaron los partidos contra rivales que nos metían en bloques muy bajos y nos costaba atacarles. En Primera no nos encontramos tantos de ese estilo porque todos quieren ganarte. Y en esos duelos de alternativas nos encontramos más cómodos.

—Con 30 puntos y la salvación encarrilada, ¿se puede soñar?

—Se puede soñar con 40-42 puntos (risas). Aún no los tenemos y mejor que sea en marzo que en mayo. No nos tenemos que salir de ese camino porque no nos conviene.

—¿Pero les llega la ilusión de la gente?

—Estamos encantados de que Vallecas esté ilusionada y de vivir el ambiente de cada partido. Todavía nos tienen que visitar los diez primeros, salvo el Barça… Somos conscientes de que la segunda vuelta nos va a costar y tenemos que estar preparados. La clave es mantener nuestro nivel de juego. Si lo hacemos, nos irá bien. Llevamos 18 encuentros y no podemos decir que los 18 hayan sido buenos, pero tampoco que uno haya sido un completo desastre.

—¿Qué le ha pedido a los Reyes? ¿Qué demarcaciones se va a apuntalar?

—Dependerá de las salidas. Qasmi y Sergio Moreno sabían que iban a tener pocos minutos, pero las circunstancias no se dieron para que se marcharan en verano. Su idea y la del club es que salgan. Seguro que otros jugadores no estarán contentos con su rol y querrán buscar más minutos. Según cómo se desarrollen esas situaciones habrá llegadas.

—Cada renovación se celebra: Óscar Valentín, Álvaro, Isi...

—Me alegro mucho por los jugadores. Álvaro había estado en Primera, pero para Óscar e Isi ha sido su debut. Se han ganado ese premio con su trabajo y su rendimiento.

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PEPE ANDRES

—A Trejo habría que hacerle un contrato vitalicio.

—Nos está aportando ese punto de acelerar y frenar, de manejar el partido. Eso lo da la experiencia. Y además ha adquirido complicidad con los compañeros. Es una gozada verle jugar.

—A la afición también le gustaría que Iraola continuara.

—Estoy contento de que la gente piense así. Sé lo que tengo que hacer y es cumplir el objetivo. Cuando lo logremos ya habrá tiempo para hablarlo...

—¿Dónde se ve en el futuro?

—Aún es muy pronto para plantearnos esas cuestiones. Primero hay que hacer los deberes y en eso estamos...

—Sea donde sea, siempre con sus esparadrapos.

(risas) No ganamos ni nos salen bien las cosas por eso, pero a mí me da seguridad. Lo hago desde hace mucho y por ahora no lo voy a cambiar, aunque soy consciente de que tiene cero influencia en lo que sucederá.

—¿Cómo se gestiona la llegada de una estrella como Falcao?

—La parte más importante para la gestión de un grupo la pone el grupo (risas). Este me ha facilitado mucho las cosas, como Radamel, que llegó y se convirtió en uno más, sin privilegios ni un trato especial. Y los jugadores que disfrutan de menos oportunidades se quejan poco y aprietan mucho. Aunque a veces no les llegue el premio, hacen que el vestuario sea fuerte y nos acercan al objetivo.

El Tigre lleva cinco goles, pero importantes...

—Ha sido una ayuda fundamental. Vivió un gran momento al llegar, sin molestias, entrenando muy bien… Ahora lleva un par de lesiones musculares que le han impedido tener continuidad y confiamos en que recupere su nivel.

—¿Qué le gusta de Vallecas?

—¡El ambiente! Los resultados ayudarán, pero el ambiente de los partidos es una maravilla. Un lujo para quienes lo vivimos desde dentro. Nos da un plus para nuestra forma de jugar. Con tanto volumen de ocasiones, la gente nos ayuda a que el rival se sienta acosado. Lo estamos sabiendo aprovechar.

—¿Le ha sorprendido la afición?

—La conocí como visitante y desprende algo que se percibe incluso desde fuera. Su sentido de pertenencia, ese orgullo de los rayistas, nos llega y nos hace ser más partícipes de lo que son el barrio y la Franja. Es algo difícil de conseguir para un club y el Rayo tiene la enorme suerte de tenerlo.

—¿Su ídolo de la infancia era Laudrup?

—Sí. Nadie crece queriendo ser lateral derecho (risas), te van aparcando ahí. De pequeños todos miramos a los delanteros, los extremos…

—También jugó de centrocampista.

—Tenía más características para jugar por dentro que por fuera. Desde la posición de lateral, en el Athletic, adquirí mucha responsabilidad a nivel organizativo y me sentía cómodo, aunque estaba condicionado porque nunca fui súper rápido.

—¡Y renunció a la Euro 2012!

—Tenía el pubis casi colgando… Llegamos a las finales de Europa League y de Copa, con una gran carga de partidos. No podía competir. Al final no me operé e hicimos un tratamiento conservador que fue muy bien.

—Se reencontrará con el Mirandés en Copa, su torneo fetiche.

—Me hace una ilusión especial ir allí. Anduva va a ser muy difícil. A mí la Copa me encanta, me ha dado mucho y eso que nunca la he ganado (risas).