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R. MADRID - RAYO I ENTREVISTA AS

Fran García: "Somos un equipo alegre que no tiene miedo a nadie"

Es un fijo para Iraola. Brilla en su estreno en Primera y afronta un partido especial. Se crio en el Real Madrid y sueña con volver en el futuro. Ahora, su deseo es asaltar el Bernabéu con la Franja.

Fran García posa para AS en la Ciudad Deportiva.
EDUARDO CANDELDIARIO AS

Fran García (Bolaños de Calatrava, Ciudad Real, 1999) sabe que la semana contra el Madrid es diferente y, después de ganar al Barça, fantasea con otra campanada ante el equipo blanco, el propietario del 50% de sus derechos. El lateral zurdo tiene contrato con el Rayo hasta 2025 y en Vallecas no sólo está creciendo, sino que se siente identificado con los valores que encarna su gente y la Franja. Una humildad de la que él hace gala. El sacrificio es innegociable para este joven talento, cuyas palabras más repetidas a través de su tímida sonrisa son 'consejos' y 'gratitud'. Ambas le definen tanto o más que sus carreras y sus centros. Por eso es uno de los jugadores más queridos por la afición.

—¡Cómo está el Rayo!

—Hemos hecho un gran inicio de temporada. Todo el mundo está enchufado y las sensaciones son muy buenas. Este momento es el resultado del trabajo realizado este año y el anterior. Somos una pequeña familia.

—Cuando ve la clasificación, ¿cuesta no venirse arriba?

—Lo más importante es mantener la humildad y no dejarse llevar. Vendrán momentos no tan buenos y debemos estar preparados y saber estar a la altura.

—¿Cuál es el secreto del Rayo?

—Todos sabemos lo que debemos hacer sobre el campo. Y además se nota el buen rollo de dentro del vestuario. Somos un equipo alegre, que no tiene miedo a nadie, que vaya donde vaya mostrará su identidad… Podemos dar un golpe en la mesa.

—¿Cómo ha sido la llegada de Falcao a esta gran familia?

—Yo me enteré de los últimos y me sorprendió. Su adaptación ha sido espectacular. He crecido viéndole jugar y poder tenerlo cerca, aprender de él o recibir algún consejo, no tiene precio.

—En su presentación le hizo un guiño por dejarle el '3'.

—Lo hablé con el club. Se necesitaban dorsales de primer equipo y yo no tenía problema, quería repetir con el 33. Me había dado suerte. Dejé esa ficha libre y me la iban a dar en Navidad si se liberaba alguna en el mercado. Vino Falcao un día y me pidió el favor. Quería ese dorsal por su padre, fallecido hace dos años. Era el número con el que él jugaba y le hacía mucha ilusión poder lucirlo. Si era importante para él, estoy feliz de haberle ayudado.

—Hábleme de Vallecas.

—Tuvimos un pequeño aperitivo en el playoff, pero este ambiente es espectacular. Algunos compañeros me hablaron de él, aunque vivirlo no tiene nada que ver. Es una sensación única ver que la gente está ahí en las buenas y en las malas. Es como tener a uno más contigo en el campo. Somos fuertes en casa y la afición tiene mucho que ver.

—¿Qué tiene este barrio y este equipo tan especial?

—¡La gente! La gente lo hace especial. Ese ambiente que se vive en un barrio humilde, que sabe que puede estar a la altura e ir adelante con todo. Lo que hace grande a este club, más que su historia, es la gente que lo rodea y que forma parte de él.

—¿Qué tal ha ido su adaptación a Primera?

—Al principio lo noté mucho. Los primeros partidos fueron a domicilio contra dos de los mejores equipos de LaLiga. Estuve un poco nervioso también por la novedad, aunque poco a poco me fui afianzando. He cogido confianza y me siento importante. Se lo debo tanto a los compañeros como al míster. Miro atrás y sé que no había mejor destino para seguir creciendo que éste.

—¿Cómo fue ganar al Barça?

—Era la prueba de fuego para decir ‘aquí está el Rayo’. Vamos a dar guerra y hacer una buena temporada.

—¿Y se le puede meter mano al Real Madrid?

—El Rayo no va a salir a esconderse. Trataremos de quitarle el balón y de hacer nuestro juego, así le obligaremos a estar más pendiente de defender que de otra cosa. Siendo un equipo solidario y sacrificado podemos dar la sorpresa, ¿por qué no?

—¿Cómo ve a este Madrid de Ancelotti?

—Puede pelear por todo. Está en una buena dinámica. Vinicius llega en un gran momento, Benzema en estado de gracia...

—Cuando el Rayo anunció su continuidad hasta 2025 formuló un deseo, que no fuese un adiós al Madrid sino un hasta pronto. ¿Lo sigue pensando?

—Sí, he sido madridista desde pequeño. Ellos me han hecho ser la persona que soy. Los valores del Madrid y del Rayo no se diferencian mucho. Me gustaría volver en un futuro porque es mi casa. Llegué jovencito y salí hecho casi un hombre.

—Siempre ha dicho que Marcelo es su referente.

—Es el espejo donde mirarme desde que me retrasaron al lateral en el juvenil. Junto a Roberto (Carlos) me han marcado mucho. Quizá este último sea más parecido a mi estilo de juego por potencia y velocidad. Sin sus consejos y enseñanzas no sería el jugador que soy.

—¿Solari le cambió la vida?

—Sí. Él me dio la noticia de que me quedaba en el cadete con él. Me ayudó mucho a crecer. Yo era un chaval tímido y me dio la oportunidad de abrirme más en grupo. Y estando en el Castilla me hizo debutar con el primer equipo. Un sueño. No me lo esperaba. Pensaba que iba porque Regui tuvo molestias y dije ‘voy a vivir la experiencia y estar con la gente en la que me he fijado desde pequeño’. Al final, tuve minutos (dio una asistencia a Isco contra el Melilla en Copa del Rey) y le voy a estar eternamente agradecido.

—Usted conserva a sus amigos de la infancia, que son incondicionales de Vallecas...

—Mi familia tiene un trabajo muy esclavo, como es la hostelería, y no puede venir. Lo hacen mis amigos, los de siempre. Este año aún no se han perdido ningún partido en Vallecas y tenemos la coña de que son el amuleto. Me han ayudado mucho. Sé quién ha estado en los malos momentos y debes tener memoria cuando las cosas buenas llegan a tu vida.

—Es importantísimo para no perder el foco de la realidad…

—Cuando sales del Madrid, que es como una burbujita, una miniciudad en la que te meten cuando eres pequeño, te das de bruces con la realidad. Me vine al Rayo, que es un club humilde y no tiene nada que envidiar a ningún otro, y aquí las cosas son diferentes. Te ayuda a darte cuenta de cómo es la realidad, a mantener los pies en el suelo y a no creerte más que nadie. Es tan importante el de la limpieza como entrenadores, jugadores, jardineros… Si falla cualquier eslabón, la cadena se rompe.