ESPANYOL

El Espanyol, presunto inocente

Tan estupefacto se quedó De Tomás por un gol anulado sin prueba del delito como un desacomplejado Espanyol por irse sin premio del Pizjuán ante el Sevilla y su ex Jordán.

AFP7 vía Europa Press

¿Dónde está Koundé? Corría el minuto 25. Juego tan sumamente directo que, paradójicamente, la señal televisiva no llegó a tiempo y lo tuvo que mostrar en diferido. Servía Diego López un balón largo, controlaba Raúl de Tomás sobrepasado el centro del campo y a la carrera batía con un precioso globo a Bono. Lo celebraba el Espanyol, se desenmascaraban dos pericas en la grada del Sánchez Pizjuán. Pero González Fuertes, no queda claro si a instancias de su linier o ya asistido a través del pinganillo por Martínez Munuera en el VOR, alzaba el brazo. Fuera de juego. El tercero en dos partidos para el conjunto blanquiazul y para RdT, que lo encajaba atónito. Aunque, para estupefacción, la de la imagen que el VAR ofrecía como demostración más firme posible. Se trazaba la posición antirreglamentaria del delantero perico dejando fuera de plano a Koundé, que a su derecha le podía estar habilitando. Nunca, en la hora larga siguiente de partido, se mostró otra toma. Culpable. Sin prueba del delito.

Jordán y Quique en la retina. Hasta ese instante, había centrado los focos un experico, canterano, aunque por su efusiva celebración del 1-0 pudiera no parecerlo. Lo cocinó magistralmente Joan Jordán, antes de que Navas lo sirviera en el plato y En-Nesyri lo devorara sobre la mesa, si bien la retina de los aficionados pericos se había dirigido inevitablemente a aquel verano de 2017 en que Quique Sánchez Flores prescindió sin complejos de aquel prometedor mediocentro –que ya había despuntado cedido en el Valladolid– para entregarlo por algo más de un millón al Eibar, como quien malvende un objeto de valor en Wallapop por cambio urgente de domicilio.

El 'alter ego' Darder. "Solo quiero jugar donde me quieran", confesó Jordán a su llegada a Ipurua. En descargo de Sánchez Flores, hoy –y desde hace un buen tiempo– sin equipo, su apuesta por Marc Roca, por mucho que esa proyección no justifica su desdén por el ahora sevillista. Un camino similar al de Jordán trazó un Darder –acogido por el Málaga cuando Pochettino no le procuraba oportunidades en el Espanyol– que sí regresó, cual hijo pródigo. Y que, como si de una batalla entre dos maneras de entender la cantera del Espanyol se tratara, replicó al 1-0 del Sevilla con un tremendo zapatazo que solo Bono, no sin muchos apuros, alejó de las mallas.

Joan Jordán festeja el 1-0.AFP7 vía Europa Press

Guerrillero Aleix. Había desvelado Vicente Moreno durante la semana que, si de Aleix Vidal hubiese dependido, el miércoles hubiera jugado de titular, ni 72 horas después de su sangría en la pierna derecha en el Villamarín. Que no se trataba de palabrería lo demostró su retorno a Sevilla, ahora al Sánchez Pizjuán, a una de sus casas, y de inicio con los 15 puntos de sutura todavía en la tibia. Era, además, su primera aparición en el Espanyol como lateral diestro, en la que no solo no desentonó sino que puede haber llegado para quedarse.

Desacomplejados. Empieza a ser cierto aquel mantra, a veces una excusa y siempre inútil –porque los puntos perdidos, igual que la juventud, ya no vuelven jamás– de que tiene el Espanyol menos puntos de los que merece. Quizá la excepción a la norma se diera en el Villamarín, donde arrancaron los pericos un empate más pillo que justo. Y, sin embargo, ante el Sevilla volvieron a ofrecer sin recompensa minutos de alta competitividad, ataque descarado –acabaron jugando juntos De Tomás, Dimata y Loren– u ocasiones claras como la de Darder y un par de Cabrera dentro del área, igual que habían mostrado ante Villarreal, Atlético y Osasuna. Cuatro partidos entre los cuales solo han sumado dos puntos los de Vicente Moreno, que en la próxima jornada afrontarán su más difícil todavía: la visita al RCDE Stadium del Real Madrid. Y lo harán, seguro, desacomplejados.

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