ESPANYOL - ATLÉTICO DE MADRID

De la orquesta sinfónica al acústico del Espanyol

El conjunto perico repitió ante el Atlético el sobreesfuerzo que ante el Villarreal pero se fue de vacío. Dos puntos de 12 posibles que manchan el estreno.

Joan Monfort

El reloj. El Espanyol deja la jornada cuatro con dos puntos y un gol a favor. Peor incluso que el conjunto que arrancó la temporada 2019-20 con David Gallego y acabó descendiendo con Francisco Rufete. Pero las sensaciones no son ni mucho menos las mismas, aunque los números le acompañen. Este Espanyol transmite, cree en lo que hace, está con el entrenador y ha competido de tú a tú en todos los partidos, con menos suerte y peor acierto. Lo lógico es que Vicente Moreno aúne a su grupo, encuentre mayor estabilidad en los partidos y esa calidad demostrada del ataque empiece a traducirse en goles. Tiempo al tiempo.

Del violín al pulmón. Ese tiempo que fue tan crucial ante el Atlético. El reloj fue el gran protagonista y jugó en contra de un Espanyol agotado. Empezaron los blanquiazules con todos los miembros de su banda entonados, como una orquesta sinfónica, con Darder impartiendo la partitura y cada jugador afinando. De los tiros de Embarba (qué dos manos de Oblak) al remate de RdT o los pases interiores de Morlanes, las carreras de Pedrosa o la gran primera parte de un lesionado Calero, que tuvo que ser sustituido al descanso. Los pericos bien pudieron atacar con violines (Darder) como con tambores (Embarba). Pero el fuelle del Espanyol se fue desinflando, y el equipo acabó sin instrumentos, tocando un acústico a pleno pulmón, sin aire ya para defender en el minuto 98.

De la grada al césped. Antes de ese fatídico desenlace, el RCDE Stadium fue una fiesta. Las camisetas blanquiazules y el 'bufandeo' al entrar el equipo recuperaron imágenes pasadas. Hermoso se llevó los aplausos y Luis Suárez y Griezmann, otrora rivales ciudadanos, los más sonoros abucheos. Cantó la defensa atlética en más de una ocasión, pero el Espanyol aún no ha encontrado su mejor obra en ataque: rompieron la sequía y marcaron después de 310 minutos sin hacerlo, la segunda peor racha de la historia, pero de nuevo el balón parado llegó al rescate de un equipo al que le falta saber cómo atacar de manera eficiente. Esa es una de las anomalías hasta el momento.

Morlanes y Kondogbia.ALBERT GEA

La lectura. También hay 'peros' al partido blanquiazul, especialmente en un segundo tiempo en el que se vio encerrado por el Atlético. Con el estreno de Recasens (19 años), ya sin Morlanes en el campo, Moreno optó por quitar un centrocampista para meter un delantero. Pero ese 4-4-2 no resultó ser demasiado productivo. Loren y Dimata, quienes acabaron en ataque, no lograron darle ese desasosiego al equipo ni crear peligro. Con esa sensación amarga se fue muriendo el encuentro, con la que los cambios no sumaron lo esperado a diferencia del Atlético. Con Cabrera como solista, los blanquiazules solo pudieron achicar agua.

Futuro clave. Mi impresión es que el paso que dé Vicente Moreno será crucial durante la temporada. El mediocampo Morlanes, Darder y Melendo (Herrera jugará cuando vuelva) debe ser la piedra angular de un Espanyol que mira al de la primera mitad ante el Atlético, con posesiones más largas, jugando por dentro, evitando exceso de centros por los costados. Pero no es fácil casarlo todo en una plantilla variada, amplia, pero con disfunciones, donde no hay centrales con una gran clarividencia para superar líneas y donde RdT tiene también sus particularidades como nueve. De esa evolución dependerá el Espanyol. El reloj sigue en marcha.

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