La sucesión del brazalete preocupa a un Leganés ‘descapitanizado’
En apenas 48 horas dirán adiós los tres capitanes del Leganés. Con Cuéllar no hay vuelta atrás, con Bustinza (más) y Rubén Pérez (menos) aún hay esperanza. El tema preocupa.
Se busca líder en Butarque. De los de brazalete enjuto, mirada firme y discurso atronador. Un líder de verdad. De vestuario y césped. De los que sirven como referencia a sus compañeros y a una parroquia capaz de dejarse 15 euros por ponerse su nombre en su camiseta. Muchos de los que había ya se han marchado del Leganés. Sucede que en apenas 48 horas, engrosarán esa nómina de ídolos salientes los tres últimos dueños del brazalete. A saber: Pichu Cuéllar, Rubén Pérez y Unai Bustinza. Tres salidas que, de confirmarse, generarán un profundo boquete en esas jerarquías clave para cualquier equipo. Por eso se busca líder en Butarque.
No es asunto baladí. Al menos así lo interpretan en la Avenida de los Once Leones, preocupados porque el equipo se descapitalice de mandato y también de identidad con el equipo y su pasado reciente. Cierto es, argumentan en los pasillos de Butarque, que los relevos generacionales son naturales. Pero no suele ser habitual que tres capitanes se marchen dejando vacante su posición en el campo y su voz en el grupo.
Con Cuéllar no habrá vuelta atrás. El club ya le dijo que no contaba con él. Es, por ahora, la primera y última gran decisión que ha anunciado el Leganés con respecto a los jugadores con contrato y perspectiva saliente. Rubén Pérez y Unai Bustinza son objetivos para continuar, tal y como viene contando el diario AS. Sólo que en uno y otro caso las perspectivas son diferentes.
Rubén Pérez, complicado; Bustinza, factible
En el caso de Rubén Pérez, el club lo sigue esperando, pero sin desviar la mirada de un mercado de fichajes en el que espera encontrar recambio. Entre tanto, el astigitano aguarda a que le surja alguna llamada de Primera o de algún equipo potente de Segunda. No se descarta que, pasado un tiempo, y ante una posible falta de ofertas, decida girarse hacia al Lega. Si para entonces el club no ha encontrado recambio, le abrirán las puertas. Si ha llegado un sustituto, el asunto será diferente. Quizá entonces tenga más difícil encontrar acomodo.
Con Bustinza el club tiene una perspectiva más optimista. Creen que se puede llegar a un acuerdo, pero el asunto evoluciona con algo más de lentitud, deslizan al sur de la capital. Su perspectiva es diferente a la de Rubén Pérez por edad (es más joven) y porque, con menos participación este año (las lesiones) quizá su mercado sea más estrecho que el de su compañero.
Pase lo que pase, en Leganés ven prioridad que alguno de los dos sirva para retener el brazalete y continuar como referentes para sus compañeros y la afición. Lo contrario sería un inconveniente. Los pepineros deberían encontrar un nuevo capitán en la plantilla y en el perfil de los fichajes, seguramente añadir la virtud de liderazgo entre las características de ese refuerzo.
En la línea de sucesión del brazalete blanquiazul, el actual plantel pepinero tiene a Javi Eraso y Rodrigo Tarín como siguientes en el escalafón. El navarro, de hecho, ya ejerció el curso pasado como cuarto capitán, aunque como él mismo admitió a AS, lo hizo más como aprendiz que como actor activo en el rol de líder. Tarín ya se estrenó en algún partido con el brazalete y su personalidad casa con el rol que se busca en un capitán, aunque la juventud que atesora (24 años) hace aun ser prudentes en sus habilidades para ejercer en el puesto o para cargarle de semejante responsabilidad.