ELCHE 1 - REAL VALLADOLID 1

Aprobados y suspensos del Pucela: La suerte de Olaza rescata un punto

El lateral rescató un punto aprovechando un rechazo de Rigoni. El Real Valladolid acabó dando las gracias al argentino tras otra mala actuación propia.

Valladolid

El Real Valladolid llevaba a las espaldas del sambenito de la mala suerte durante toda la temporada cuando asomó en el Martínez Valero, y esta le mostró una tímida sonrisa en los minutos finales con el gol de Olaza. El uruguayo vio puerta por primera vez como blanquivioleta después de que Rigoni no atinara a tocar el suficiente el balón como para despejarlo a la salida de un córner. Se lo dejó al charrúa manso justo a continuación de encontrarse con Masip en un mano a mano determinante. Al final, el punto fue casi hasta bueno, tras un partido muy malo.

Masip: Realizó una buena parada en la primera acción peligrosa del Elche. Evitó el 2-0 de Rigoni a falta de cinco minutos, que habría supuesto la puntilla. Al final, esa parada terminó siendo decisiva.

Janko: Pasó muchísimos apuros ante Fidel, principalmente durante la primera media hora. Estuvo fuera todo el partido: no pisó mucho campo rival, cuando lo hizo fue con escaso acierto y, prueba de esa cuestión, fue la amarilla que vio por protestar.

Bruno: Un resbalón suyo dentro del área pudo ser fatal, ya que dio con Joaquín en el suelo y provocó la primera ocasión. El Elche dejó que fuera él quien sacara el balón jugado y lo tocó mucho, pero sin incisión.

Joaquín: Cometió alguna pequeña imperfección que no pasó a mayores, aunque volvió a dar ese plus en defensa que se echaba en falta. Ganó las tres disputas aéreas en las que participó y acabó llevándose un fuerte golpe en la cara con Dani Calvo.

Olaza: Se encontró con el balón que terminó con el empate, aunque bendito encuentro. Se mostró bastante más seguro que Janko por el otro lado. Pisó terreno de juego rival, aunque sin llegar a la cal. En el último terció, erró los centros que intentó.

Óscar Plano: Apenas se le vio. Al contrario que otras veces, descuidó en demasía las labores defensivas, lo cual perjudicó a Janko. Aislado en la banda y alejado de los metros finales, fue sustituido para buscar el brío que no aportó.

Alcaraz: La presión continua sobre Roque Mesa le obligó a responsabilizarse mucho cuando la posesión era blanquivioleta. Bregó en defensa y no deslució tanto como otros. Cobró dos faltas que no llevaron peligro a la portería ilicitana.

Roque Mesa: No fue el de otros días, y el equipo lo notó. No fue por voluntad, desde luego, aunque se le vio lento a veces y desacertado las más, esto, por culpa de la amenaza continua de los centrocampistas del Elche, que no le dieron un respiro.

Orellana: Otro al que no se le vio. Buscó intervenir en un par de ocasiones en la primera mitad, pero no atinó. Fue su escasísimo bagaje en su enésimo partido gris. Aun así, abandonó el terreno de juego poniendo carita.

Kodro: Gazzaniga le privó del gol a la media hora de juego en una ocasión clarísima. Se descolgó a menudo, aunque no entró tanto en juego como habría querido. Peleado con el gol, fue cambiado en busca de un plus de calidad.

Sergi Guardiola: Jugó los 90 minutos, seguramente inexplicablemente o porque los cambios son 'solo' cinco. Tuvo un par de intervenciones buenas cuando cayó a banda, pero nada más. No llegó a disparar y continúa negado de cara al gol.

Míchel: Un disparo exterior en un balón suelto en la frontal a falta de un cuarto de hora se convirtió en uno de los acercamientos más peligrosos para los blanquivioletas. Dio solo un pase menos que Roque Mesa en la mitad de tiempo.

Jota: Estiró el campo por izquierda y cuando le cayó el balón intentó culebrear. Por su calidad, el partido podía estar para una acción aislada suya, pero luego no.

Marcos André: No participó apenas, aunque le puso voluntad. Un tímido testarazo suyo que se marchó alto pudo dar al Pucela un triunfo que habría sido inmerecido.

Luis Pérez: Él y Pablo Hervías cambiaron las tornas en banda; la derecha pasó de sufrir a ser por la que el Real Valladolid incidió buscando la reacción.

Pablo Hervías: Se precipitó en algún centro, como aquel que se perdió por la línea de fondo al otro lado, aunque la precipitación vino de sus ganas.

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