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ESPANYOL-OSASUNA

Reencuentros en la tercera fase

A la espera de las rotaciones de Arrasate, el Espanyol puede volverse a ver con Calleri y Enric Gallego, dos ex pericos también protagonistas el curso pasado.

Jonathan Calleri.
Gorka Leiza

Nadie podrá discutirle ni la voluntad ni la brega en cada partido jugado con la camiseta blanquiazul, pero el rendimiento de Jonathan Calleri el curso pasado le situó como uno de los delanteros con peor números de la historia reciente del Espanyol. El argentino, que llegó cedido por una temporada con una disparatada opción de compra de 25 millones, fue la viva imagen de la desesperación perica: jugó 1812 minutos en LaLiga y anotó un intrascendente gol ante, curiosamente, Osasuna.

El delantero, que se marcó del club en silencio (fue expulsado ante el Leganés en la jornada 34) y solo jugó un encuentro más ante el Eibar, llegó para cubrir junto a Facundo Ferreyra el vacío generado por Borja Iglesias, traspasado al Betis por 28 millones, pero desde el primer momento no encajó ni en la filosofía de David Gallego, ni en la de Pablo Machín ni posteriormente con Aberlardo Fernández. El club se vio obligado a acudir al mercado de invierno e invertir 22,5 millones en el fichaje de Raúl de Tomás. En Europa, Calleri marcó un hat-trick ante el Wolverhampton en la vuelta de los dieciseisavos, después de caer en la ida por 4-0.

Ahora en Osasuna, Calleri, que acumula dos descensos con Las Palmas y Espanyol, se ha ganado la titularidad. Ante el Real Madrid, último encuentro liguero de los navarros (0-0), el argentino demostró sus virtudes recogiendo infinidad de balones directos de Osasuna y jugándolos de cara, un trabajo de fajador al que le han acompañado sus dos dianas en los 727 minutos jugados. Puede partir desde el banquillo el argentino, y su plaza la dejaría en manos de Enric Gallego, otro jugador con pasado blanquiazul y que la temporada pasada se relacionó con el Espanyol.

Gallego jugó en el filial en 2009 y posteriormente compaginó el trabajo con el fútbol en conjuntos de Segunda B hasta que en 2018 debutó en Segunda A con el Extremadura. Su crecimiento fue tan meteórico que el pasado curso fichó por el Getafe y en enero su traspaso al Espanyol se llegó a plantear, pero finalmente no cuajó y Osasuna se lo llevó. Este curso aún no se ha estrenado como goleador pese a sus más de 500 minutos.