Las estrellas del Atlético pierden el brillo cuando deciden irse
Griezmann ha tenido un primer año en el Barcelona muy lejos de su nivel de rojiblanco. Arda ya lo sufrió. Falcao, Filipe, Costa... vivieron sus mejores años con Simeone.
El Atlético se ha acostumbrado a perder piezas preciadas de su equipo con cierta regularidad. El mercado manda y el equipo rojiblanco no tiene el poderío económico de Madrid, Barça, Bayern, PSG… y prácticamente toda la Premier League pese a estar muy por encima en el ranking UEFA (4º). Unas bajas que suponen un quebradero de cabeza para Simeone, pero que no siempre van acompañadas de un salto deportivo para los jugadores que se marchan. Es más, pocos futbolistas entre los que se decidieron a salir del Atleti siendo importantes en el esquema del Cholo han dado una mejor versión de sí mismos fuera
Hay casos donde los jugadores que salen del amparo de Simeone sí aumentan su palmarés, pero no su transcendencia futbolística. El último caso es el de Lucas Hernández, vigente campeón de la Champions con el Bayern. Un título enorme, pero contrapuesto al protagonismo que tenía en el Atleti, algo que le sirvió para ser titular en el Mundial que levantó con Francia. Con el Bayern ha disputado únicamente 155 minutos en todo el torneo europeo.
En Lisboa tuvo seis minutos en cuartos contra el Barcelona, con un resultado abultadísimo y para dar descanso a un agotado Alphonso Davies, pero no llegó a jugar contra el Olympique de Lyon en semifinales ni en la final ante el PSG a pesar de los problemas físicos de Boateng y Süle. Tampoco lo había hecho en los octavos contra el Chelsea. La explosión de Davies en el lateral izquierdo ha asentado completamente a Alaba como central, algo que provoca que Lucas tenga tres centrales por delante y dos laterales izquierdos como primeras opciones antes que él, aunque con su juventud probablemente acabará haciéndose con un hueco después de convertirse en el fichaje más caro de la historia del Bayern (80 millones).
Griezmann y Arda, factor Barcelona
Menos exitoso ha sido el primer año de Griezmann. A la segunda sí aceptó la oferta del Barcelona, que pagaba su cláusula (120 millones), y puso rumbo a formar la que a priori era una delantera de ensueño con Messi y Suárez. En el caso del francés sí ha tenido minutos (3.503) aunque en los partidos más importantes como ante el Bayern o el propio Atlético fue suplente. Pese a que sus números no son malos del todo, con 15 goles marcados, su trascendencia en el juego fue mucho menor de la esperada. Además, esa cifra anotadora es la más baja desde la Real Sociedad, sin punto de comparación con sus cinco años en el Atlético, donde se convirtió en la estrella y referente rojiblanco. El Barcelona no ganó ningún título, vivió un final de temporada terrible con el 2-8 ante el Bayern y la campaña 2020-21 ha empezado aún peor, con el caso Messi concentrando todas las portadas.
Griezmann siguió los pasos de un Arda Turan que en 2015 cambió el Atlético por el Barcelona. El turco era todo un líder de rojiblanco, el jugador más dotado técnicamente, que ponía la pausa, el trabajo y su carácter al servicio del Cholo. Un futbolista fantástico que sin duda vivió sus mejores años en el Atlético. Si Erika Choperena, pareja de Griezmann, le advertía al francés que en la historia del Barcelona "serás uno más", es lo que le ocurrió a Arda al llegar al Camp Nou. Con los Iniesta, Rakitic, Neymar, Messi… se tenía que ganar un puesto y en el sistema del Barça no existía esa posición de interior con libertad de movimientos. Militó dos años de blaugrana, cuando dejó de contar para Valverde y acabó denostado enlazando cesiones hasta quedar libre el pasado verano, cuando firmó con el Galatasaray. Una operación económica ruinosa para el Barça, pero también deportiva para el Atlético, que lleva cinco años sin encontrar un jugador que cubra ese hueco que dejó el turco en su salida.
En el Galatasaray se ha reunido con Falcao, otro de los jugadores que vivió sus mejores días en el Atlético. En el caso del colombiano han influido mucho las lesiones. La rotura de su rodilla cuando era jugador del Mónaco ha lastrado su carrera y su paso por la Premier (Manchester United y Chelsea) fue con más pena que gloria. Sí que recuperó una gran versión en el equipo monegasco antes de poner rumbo a Turquía, pero en el Atlético se había convertido posiblemente en el mejor '9' del momento. 70 goles en 91 partidos, recursos infinitos en el área y una sensación de que su separación no fue beneficiosa para el jugador.
En otros casos, el rendimiento del crack no fue malo, pero no alcanzó la misma versión que de rojiblanco. Es lo que le ocurrió a Diego Costa, firmado por el Chelsea en el verano de 2014 tras el título de Liga y que, pese a dejar tres grandes temporadas en Inglaterra, no dudó cuando pudo volver al Atlético, donde en ese año previo a marcharse había hecho 36 goles en la mejor temporada de su carrera. A la par se había ido Filipe Luis, que solo duró un año antes de regresar desde el Chelsea al Atleti.
Algo que demuestra que no es fácil encontrar ese espacio de confort que ofrece el Atlético y ese liderazgo que pudieron tener jugadores como Griezmann o Arda en el club y no así en Barcelona. También ha ocurrido a la inversa, al incorporar a futbolistas como Gaitán o Jackson, que lideraban a sus antiguos equipos y no pudieron hacerlo en el Atlético. Lo que está claro para jugadores codiciados como Thomas o Giménez, es que salir del amparo de Simeone cuando ya has conseguido encajar en su sistema merece pensárselo dos veces.