INGLATERRA

Kanye West y Coldplay acompañaron a los campeones

'All of the lights" para la entrega de medallas y "A Sky full of Stars" para el alzamiento del trofeo. La música protagonizó un espectaculo de 44.000 euros.

LAURENCE GRIFFITHSAFP

Polémicas y multitudes aparte, el fin a una maldición de 30 años bien merece una celebración. Con distancia social, pero celebración al fin y al cabo. 44.0000 euros es el precio estimado del espectáculo organizado por el Liverpool para la entrega de medallas, alzamiento del trofeo de campeones de la Premier League y su posterior celebración sobre el césped, según comparte The Athletic. Un espectáculo por todo lo alto que no podría ser redonde sin una banda sonora por todo lo alto. Kanye West y Coldplay, o al menos sus canciones, han ejercido de hilo musical de la fiesta red.

"All of the Lights", de Kanye, daba la bienvenida a las medallas de campeones. "A Sky full of Stars", de la banda británica, preparaba el momento que llevaba esperando la parroquia scouser a lo largo de 30 largos años. Jordan Henderson levantaba el trofeo al cielo de Liverpool junto a sus compañeros, rodeados de luces y artificio que hacían olvidar por unos momentos la pandemia que asola la actualidad. Kenny Dalglish, leyenda eterna del equipo y entrenador en el último campeonato liguero celebrado en la ciudad en 1990, daba el testigo a los nuevos campeones. 

Celebración, 30 años después

El propio Henderson, quien no pudo participar en el partido final ante el Chelsea (5-3) por una lesión, junto a otros veteranos del equipo fue parte importante de la organización de la ceremonia, como bien informa The Athletic, y esa es la razón por la que se eligieron esas canciones en concreto, ya que son muy populares en el vestuario. No fue una ceremonia al uso, como decíamos. La distancia social estuvo presente, al menos durante los primeros instantes de la misma. Los jugadores esperaron en una plataforma, separados, en lugar de la habitual piña previa a la entrega de medallas. Mientras que el trofeo, habitualmente entregado físicamente, estaba emplazado en un stand desde el cual Henderson lo agarraría tras recibir la ofrenda de Dalglish.

La organización lo tenía claro: "Hemos aprendido la lección de otras ceremonias de presentación en Europa. En lugar de un espectáculo estéril en un estadio vacío, va a ser impresionante para todos los fans del Liverpool a lo largo y ancho del globo".Los fuegos artificiales llenaron un Anfield vacío de público, pero lleno de júbilo, ilusión y del deseo por volver a ser reyes de Inglaterra 30 años después.

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