El premio gordo de Anoeta

Europa comprobará de nuevo la próxima temporada que Sevilla tiene un color especial. El equipo de Julen Lopetegui certificó la pasada jornada su presencia en la Champions. Es el mismo camino que busca seguir esta tarde la Real Sociedad, que no quiere desperdiciar la ocasión de amarrar el billete continental esta misma noche contra un rival que viene lanzado, pero con sus objetivos ya conseguidos (sigue el partido en directo en AS.com).

No parece que el Sevilla sea un visitante cómodo para que la Real Sociedad celebre su clasificación europea. Porque el equipo hispalense ambiciona ser tercero en esta Liga, entrar en un podio que por trayectoria puede que sí le pertenezca. Y ya sin la presión de poner en juego su presencia en la Champions, puede desenvolverse más liberado. Si a eso le unes la confianza que tiene tras cuatro victorias seguidas, el Sevilla es ahora un avión y no hay quien encuentre aeropuerto para hacerlo aterrizar. Con Munir, Ocampos y Banega en estado de gracia no hace más que aletear cada vez más alto. Buen síntoma para eliminar el 6 de agosto al Roma y avanzar en una Europa League en la que es pentacampeón.

Quien realmente se juega las castañas es la Real. Y Donostia no tendrá un color tan especial como Sevilla, pero es una ciudad también con mucho sabor europeo. Deberán demostrar quién tiene la obligación de ganar. Estar ante la tesitura de poder certificar su objetivo continental a falta de una jornada, con todo lo que ha pasado desde que se reinició el fútbol, parece un premio demasiado suculento como para dejarlo escapar. Luego ya habrá tiempo de pensar en las tres previas de Europa League. Hay muchos lesionados (Elustondo, Januzaj, Illarra, Guevara y Sangalli) y jugadores importantes, como Odegaard, entre algodones. Están extenuados. Ayer hasta se olvidó Imanol de que debía comparecer ante la prensa.