ESPANYOL

Rufete, en la picota dos años después de su llegada al Espanyol

"Uno de los objetivos es recuperar la ilusión de la gente, que es el alma de todo", proclamaba el día de su regreso. Hoy la afición aboga por su marcha.

EDDY KELELEDIARIO AS

"Formo parte del proyecto anterior y del próximo. Soy pasado, estoy en el futuro y en el presente. Seguro que he hecho cosas mal, pero quizá también alguna bien". Esta inquietante descripción de Francisco Joaquín Pérez Rufete sobre sus tareas, que pronunció tras este domingo tras firmar su quinta derrota (en cinco partidos) como entrenador del Espanyol, coincidía con su segundo aniversario en el club. Y la situación, tanto la de la entidad como la suya propia, no puede haber dado un vuelco mayor.

Aquel 12 de julio de 2018, se acercaba Rufete al RCDE Stadium a primera hora de la mañana para firmar su contrato como director de fútbol profesional, nueve años después de dejar la entidad como jugador. Y se dirigía en automóvil junto a Óscar Perarnau, el director general deportivo, a la Vall d'en Bas, donde el primer equipo realizaba la pretemporada y donde sería presentado. "Queremos un proyecto fuerte nacional e internacional", sentenció. "Aquí no puede haber medias tintas, los jugadores deben sentir el escudo y el club", afirmó, en un discurso que ya suena familiar. Y también proclamó: "Uno de los objetivos más importantes es recuperar la ilusión de la gente, que es el alma de todo".

Dos años después, esa gente es la que ha puesto mayoritariamente en la picota como corresponsable de la peor temporada en la historia del Espanyol al que ya no solo es director de fútbol profesional sino director deportivo y entrenador. "La gente me juzga, pero la realidad es que doy la cara y le dedico el tiempo máximo y con la mejor intención", resuelve Rufete las críticas, que alcanzan hasta una petición en el sitio Change.org para pedir su marcha del club, que este lunes a última hora de la tarde rondaba las 500 firmas.

Rufete lleva un pleno de cinco derrotas como entrenador interino del Espanyol.Toni AlbirEFE

De aquella presentación en julio de 2018 ya no queda casi nadie de altos vuelos en el club. Ni Perarnau, ni Joan Francesc Ferrer 'Rubi', ni tampoco el director general corporativo, Roger Guasch. Tampoco Fran Navarro, coordinador de la cantera, sustituido por un viejo conocido del alicantino, Luis Vicente Mateo, de Benferri. Sí continúa el presidente, Chen Yansheng. "Coincidimos en trabajar día a día. El fútbol no es ni hablar ni planificar, es todo lo que debes hacer hasta llegar ahí", dijo Rufete sobre el propietario. Y, de momento, el camino no puede ser más sinuoso. Para ser exactos, el peor de todos los tiempos.

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