El Real Madrid ha cambiado su política de cesiones en los últimos años. Tomando como punto de partida la temporada 2009-10, la del regreso de Florentino Pérez a la presidencia, se observa que los clubes europeos han ido adquiriendo poco a poco relevancia en los préstamos que realiza el club. Como es lógico, los equipos españoles siguen siendo los más elegidos a la hora de formar a jóvenes futbolistas. Pero poco a poco ha ido desapareciendo ese miedo que existía al mirar fuera de nuestras fronteras.

Ejemplos como Dani Carvajal o Vallejo en Alemania, Morata en Italia o Ceballos este mismo año en Inglaterra refuerzan esa idea de que las cesiones en el extranjero, cuando salen bien, aportan aún más beneficios que las que se realizan a clubes españoles. Existe más riesgo, aunque si el futbolista se logra adaptar regresa al Real Madrid con la riqueza de haber incluido a su repertorio ideas diferentes. El fútbol físico que se practica en Alemania, la verticalidad inglesa, la táctica italiana… Son choques culturales fuertes al principio y si se consigue superarlos, los jugadores vuelven con muchas más tablas. Se vio con Carvajal, también con Morata. O está sucediendo en la actualidad con Achraf, al que muchos achacaron estar muy ‘verde’ durante la temporada en la que estuvo en el primer equipo del Madrid y que ahora lidera al Borussia Dortmund en partidos de exigencia máxima, tanto en Champions como en Bundesliga.

Para este informe se toma como referencia a los jugadores que en algún momento han disputado partidos con el primer equipo del Madrid, o al menos han ido convocados. También están incluidos los traspasos con opción de recompra cuando esa recompra se ha hecho efectiva (Morata, Lucas Vázquez, Casemiro…). En total, hay once jugadores que después de su cesión tuvieron hueco en la primera plantilla del Real Madrid: Carvajal, Cheryshev, Casemiro, Coentrao, Morata, Lucas Vázquez, Asensio, Vallejo, Marcos Llorente, Mayoral y Fede Valverde. Con otros, como Raúl de Tomás, Theo o Kovacic, la cesión no sirvió para que tuvieran hueco en el Madrid, pero sí para revalorizarles de cara a ingresar dinero por su traspaso. Así se han distribuido las cesiones blancas en la última década.

España es, con mucha diferencia, la competición preferida a la hora de elegir destino: 34 en la última década. Supone el 58,6% de las totales, más de la mitad. Aunque hay aventureros como Carvajal, Mayoral o Achraf que se marchan al extranjero, España sigue siendo el destino elegido por los jugadores que se han formado toda la vida en La Fábrica. La gran mayoría prefiere dar su primer paso como profesional dentro de nuestras fronteras antes de arriesgarse a una experiencia en el extranjero.

El reparto de equipos es muy diverso. Sólo el Valladolid, con cuatro cedidos (Mario Hermoso, Raúl de Tomás, Javi Sánchez y Lunin) se desmarca ligeramente y gran parte de culpa la tiene la llegada de Ronaldo. Después, viene un grupo de ocho equipos con dos cesiones en esta década: Sevilla (Cheryshev y Reguilón), Getafe (Pedro León y Medrán), Valencia (Cheryshev y Canales), Zaragoza (Vallejo y Mateos), Espanyol (Lucas Vázquez y Asensio), Leganés (Óscar Rodríguez y Lunin), Real Sociedad (Theo Hernández y Odegaard) y Deportivo (José Rodríguez y Fede Valverde). Por último, once clubes con una cesión: Rayo (Raúl de Tomás), Villarreal (Cheryshev), Hércules (Drenthe), Málaga (Diego Llorente), Levante (Borja Mayoral), Oviedo (Lunin), Granada (Vallejo), Mallorca (Kubo), Racing (Luca Zidane) y Castellón (Palanca).

El que más efectividad ha tenido es el Espanyol: pleno de regresos. Los dos jugadores que decidieron estrenarse en Primera con los blanquiazules (Lucas Vázquez y Asensio) volvieron al Bernabéu. El primero lo hizo al ejecutar el club blanco una opción de recompra, mientras que Asensio volvió al terminar su año de cesión, que no incluía ninguna opción de compra para el Espanyol.

En cuanto a los equipos de la Comunidad de Madrid, todavía ningún jugador ha vuelto al primer equipo. Pedro León y Medrán (Getafe) nunca vistieron la camiseta blanca tras su cesión, Óscar Rodríguez y Lunin (Leganés) volvieron a salir cedidos tras su primer año en Butarque y Raúl de Tomás (Rayo) se fue traspasado al Benfica.

Aunque se ha demostrado que en el extranjero los jugadores crecen aprendiendo otros estilos futbolísticos, en España también la experiencia es muy positiva. Casos como los recientes de Odegaard y Kubo este curso, o el fructífero año de Fede Valverde en el Deportivo (aunque no fue de los más destacados maduró y volvió para quedarse) invitan a pensar que el Madrid seguirá teniendo muy en cuenta a los equipos de LaLiga para ceder a sus jugadores más prometedores. Las buenas experiencias en el extranjero le permiten tener un abanico de opciones más amplio, pero sin renunciar a los clubes españoles.

 Es la que más peso ha tenido en el extranjero durante la década: ocho jugadores. Carvajal (Leverkusen), Lienhart (Friburgo), Sahin (Dortmund), James (Bayern), Achraf (Bayern) y Odriozola (Bayern). La puerta la abrió Dani Carvajal. Después de no contar con oportunidades con Mourinho, tomó una decisión valiente: sin haber pisado el primer equipo madridista hizo las maletas para marcharse traspasado al Bayer Leverkusen. Un país nuevo, otro fútbol, sin experiencia en Primera y en uno de los grandes de la Bundesliga. Mucho riesgo, pero salió de manera inmejorable: 36 partidos, 3.154 minutos, un gol y ocho asistencias. Nombrado el mejor lateral derecho de la Bundesliga. El Madrid no tuvo ninguna duda para recomprarlo.

La experiencia de Carvajal abrió un nuevo horizonte que hasta entonces en el club daba algo de respeto: cesiones a Alemania. Por eso, en la temporada 2016-17 se experimentó por partida doble con dos de las grandes promesas: Jesús Vallejo se marchó al Eintracht de Frankfurt y Borja Mayoral al Wolfsburgo. El central rindió a la perfección, muy por encima de lo esperado hasta por los propios alemanes, que contaban con tenerle dos años cedido porque no esperaban que en el primero tuviera tanta participación. Vallejo jugó 27 partidos y fue una pieza clave en el sorprendente Eintracht que llegó hasta la final de Copa, que perdió contra el Dortmund. Borja Mayoral, en cambio, fue la cruz de la moneda: sólo dos goles y 426 minutos. Sin embargo, ambos regresaron para quedarse en el Madrid. Completaron el objetivo.

En los dos últimos años se ha vuelto a repetir esa situación de cara y cruz. La cara ha sido Achraf, que se marchó al Borussia Dortmund hace dos temporadas después de una temporada en el primer equipo del Madrid en la que había dejado dudas. Sin embargo, en la Bundesliga ha crecido muchísimo como jugador y el club blanco quiere que regrese. La cruz ha sido Odriozola, que no ha conseguido tampoco tener minutos en el Bayern.

 En la Premier, las cesiones han salido mal o se han quedado en tierra de nadie. También han ido ocho jugadores, aunque algunos como Sahin o Kovacic se marcharon sin la idea por parte del Madrid de que regresaran. Los ocho son Drenthe (Everton), Sahin (Liverpool), Mejías (Middlesbrough), Mascarell (Derby County), Kovacic (Chelsea), Ceballos (Arsenal), Vallejo (Wolverhampton) y Moha Ramos (Birmingham). Todas han sido un fracaso a excepción de las de Kovacic y Ceballos.

Para olvidar fue la situación de Sahin, que después de fracasar en el Madrid también lo hizo en el Liverpool en la 2012-13 (sólo estuvo media temporada). Tampoco cuajó Drenthe en el Everton.

Quien sí tuvo muchos minutos fue Kovacic en la temporada 2018-19, en el Chelsea, aunque su situación no fue la de un cedido normal. El Madrid no quería que se marchara, pero el croata llegó a amenazar con ponerse en rebeldía y el club terminó aceptando la cesión. Su rendimiento aceptable durante su año de préstamo sirvió para que los blues le ficharan el pasado verano por 45 millones de euros.

Esta última temporada se han marchado a Inglaterra dos jóvenes en los que el Madrid confía mucho: Vallejo y Ceballos. Los dos lo hicieron tras dos temporadas en el primer equipo blanco. El defensa no tuvo suerte en el Wolverhampton y en invierno hizo las maletas para regresar a LaLiga, al Granada. Ceballos, en cambio, sí ha brillado en el Arsenal, aunque una inoportuna lesión le hizo perderse bastantes partidos y luego le costó convencer a Arteta. Antes de que se pararan las competiciones volvía a ser titular y uno de los más destacados de su equipo.

En Italia ha habido dos casos muy diferentes. El primer fue Gago, que se marchó a la Roma pero con pocas esperanzas del Real Madrid en un posible regreso. Fue más una estrategia para intentar que se revalorizara de cara a una futura venta. Se cumplió el objetivo, porque disputó 32 partidos y el verano siguiente fue traspasado al Valencia.

Muy diferente fue lo ocurrido por Morata. La Juventus hizo una fuerte apuesta: 20 millones de euros. Después de dos buenas temporadas en Turín, el Real Madrid lo recompró por 30 millones en la temporada 2016-17. A pesar del doblete del club blanco (Liga y Champions) y de que marcó 20 goles, nunca fue titular para Zidane. Eso provocó que volviera a hacer las maletas para irse al Chelsea al año siguiente por 80 millones de euros.

Dos cesiones, ambas del mismo jugador: Martin Odegaard. Primero jugó en el Heerenveen en la 2017-18, con un rendimiento muy irregular: sólo dos goles y dos asistencias en 26 partidos. Al año siguiente repitió cesión en Holanda, aunque cambió de equipo: esta vez se marchó al Vitesse, donde explotó: 39 partidos, once goles y 12 asistencias. Eso le permitió volver a España, a la Real Sociedad, donde ha confirmado que ya está preparado para jugar en el Real Madrid. Ha cumplido el objetivo final de las cesiones de jóvenes: madurar para volver. A pesar de ello, el plan del Madrid y del jugador es quedarse un segundo año en San Sebastián para regresar al club blanco con rol de titular. 

Casemiro (Oporto) y Coentrao (Sporting) han probado suerte en Portugal, aunque son dos casos muy distintos. El mediocentro se marchó traspasado con opción de recompra en la 2014-15. Brilló en el Oporto (35 partidos) y volvió al Madrid (ya había ganado la Champions con Ancelotti en la 2013-14).

En cuanto a Coentrao, el Madrid quería que saliera del club pero nadie quería pagar un traspaso. El portugués seguía con contrato en vigor y la salida al Sporting de Portugal fue la única manera de no pagar su salario íntegro.

Dos cesiones con ningún peso, porque fueron dos jugadores en los que ya no se creía. Lucas Silva, que había llegado como una promesa de Brasil en la 2013-14, fracasó en el Marsella. Coentrao se fue al Mónaco en la 2015-16 porque en el Madrid no contaban con él. No lo hizo mal: 19 partidos, tres goles y dos asistencias. Regresó al club blanco, aunque más porque nadie le quiso en el verano de 2016 que porque Zidane contara con él.

Con una cesión cada país, pero ambas sin ningún peso. Lucas Silva se fue al Cruzeiro en la 2016-17 porque ningún equipo en Europa estaba interesado en él, mientras que Mateos, después de jugar varios partidos en el primer equipo del Madrid, se fue al AEK griego aunque sin que el Madrid tuviera ninguna fe en que en el futuro regresara al club.