Así será el fútbol para el Pucela tres meses después
El final exprés comprimirá los 11 partidos que restan de Liga y traerá novedades como la ampliación de los cambios y Zorrilla cerrado para el público.
Este lunes se cumplen tres meses desde que el Real Valladolid disputó su último partido (en Zorrilla contra el Athletic) y, a la vez, es el inicio de la semana previa al comienzo de la competición exprés que tendrá que afrontar en busca de la salvación hasta mediados de julio. Lo hará en medio de la manida 'nueva normalidad' y asumiendo los cambios globales previstos por LaLiga para el final del curso.
Uno de ellos no afectará de manera directa a los blanquivioletas, pero sí indirectamente. Se trata del permiso recibido por Real Madrid y Levante para modificar sus emplazamientos y jugar en el Alfredo Di Stéfano y en La Nucía, circunstancia que, en opinión de Sergio González, no se debería haber permitido. El entrenador se ha manifestado también al respecto de la nueva norma de los cinco cambios, máximo permitido durante estas 11 jornadas y que, a su juicio, "es buena, pero provoca desigualdad" y "no favorece a los pequeños".
Hasta ahora, el técnico no ha realizado siempre las tres sustituciones reglamentarias, sino que dejó de hacer la última tres veces, mientras que otras cinco los hizo a partir del minuto 89. Los tres turnos habilitados en adelante permitirán nuevas variantes también en la pizarra y un distinto reparto de minutos, acrecentando lo que sucedía hasta ahora, cuando Sergio ha hecho los cambios de media en los minutos 60, 70 y 80, aproximadamente.
Después de pasar por la particular desescalada del fútbol, que permitió los entrenamientos conjuntos hace solamente una semana, el equipo ha ido dando pasos hacia los ejercicios más próximos a los de antes de la pandemia sabiendo, no obstante, que la reactividad será distinta por no estar permitida la disputa de partidos amistosos. Así, al margen de lo ensayado en Anexos y en Zorrilla, cuando el silbatazo en Butarque decrete el reinicio de la competición comenzará también el primer partido 'real' desde aquel ocho de marzo en Zorrilla.
Ese pitido inicial será después del minuto de silencio decretado por LaLiga en homenaje a los fallecidos y víctimas de la COVID-19. Hablando de silencio, será la nota predominante en los estadios, en contra de lo habitual, debido a que se iniciará a puerta cerrada, por más que las últimas corrientes de opinión hablan de una reapertura paulatina. Asimismo, esta novedad hará que el Real Valladolid juegue contra el Celta sin público por primera vez en su historia.
Y si durante el transcurso previo de temporada no hubo partidos los lunes, ahora se jugará todos los días, con un descanso mínimo aproximado de 72 horas entre cada encuentro, que, por ejemplo, no habrá entre los envites contra Getafe y Atlético de Madrid, puesto que entre el final del primero y el inicio del segundo transcurrirán 69 y media. Esta es una circunstancia casi inaudita para el Pucela, como para otros conjuntos que no suelen estar en competición europea, solo conocido de manera circunstancial o en semanas de Copa.
De ahí que Sergio González haya recalcado que todos los jugadores serán importantes y tendrán su oportunidad en la búsqueda afanada de la permanencia que hoy se conseguiría gracias a la decimoquinta plaza que ostenta el equipo, con cuatro puntos sobre los puestos de descenso. No obstante, el grupo no piensa en ello, sino que concibe el tramo final como un Mundial, como dijo Rubén Alcaraz estos días o como una Liga distinta, como afirmó Javi Moyano, concentrados ambos, como los demás, en ese objetivo de la permanencia.