"Sabía que sería imposible fichar por el Madrid por lo de Mijatovic"
Gaizka Mendieta ha repasado con AS su trayectoria como futbolista hasts aue se retiró en 2007, su visión del fútbol por la COVID-19, sus planes de presente y futuro...
Gaizka Mendieta (27-3-1974) fue uno de los futbolistas más destacados a finales de los años 90 y principios del siglo XXI. Actual embajador de LaLiga, comentarista de televisión, futuro entrenador y hasta DJ, ha repasado con AS su trayectoria futbolística hasta que se retiró en 2007, nos da su visión del fútbol en el entorno de la COVID-19 y habla de sus planes de presente y futuro.
La reapertura de algunas de las grandes ligas europeas avanza: la Bundesliga comenzó, en España la idea es el 11 de junio… ¿Cómo ve el nuevo fútbol?
De urgencias para acabar las competiciones tanto a nivel local como de las competiciones europeas, con la venia de las autoridades sanitarias,… Es importante que se terminen, aunque sea de esta manera, sin público y con protocolos y gestos atípicos.
¿Y cómo visualiza el fútbol en 2021?
Es difícil aventurarse. ¿Y si hay un rebrote y volvemos a retroceder? Lo que es evidente es que habrá que adaptarse a la nueva normalidad de la que se habla tanto. Yo espero que dentro de un año estemos celebrando que en los estadios hay gente animando y disfrutando del fútbol. También creo que no va a ser exactamente igual a como lo conocíamos antes de la pandemia.
Vayamos con su exitosa carrera como futbolista: ¿Cómo de cerca estuvo de fichar por el Real Madrid en el verano de 2001?
Es cierto que el Madrid quiso ficharme, pero no lo era menos que yo sabía que sería imposible. El Valencia no iba a perdonar ni una peseta de mi cláusula, porque las relaciones entre los clubes se deterioraron después de lo que había pasado con Mijatovic. La decisión de marcharme a la Lazio fue conjunta con el club, creímos que era el mejor momento.
Su padre llegó a ser del Real Madrid, pero no jugó partidos oficiales. ¿Por ese pasado, llegó a influirle o insinuarle que fichara por el club madridista?
Mis padres siempre me han apoyado en todas las decisiones, desde que a los 13 les dije que no quería jugar al fútbol y quería hacer atletismo. A mi padre casi le da un infarto, pero venía a verme correr y era feliz porque yo lo era. Después volví al fútbol y cuando di el salto del Castellón al Valencia también estuvo a mi lado porque, desde su propia experiencia, sabía que era lo mejor para mí.
También estuvo cerca de ser jugador del Athletic en 2002. ¿Por qué se truncó aquella posibilidad?
Pues porque la Lazio primero me permitió hablar con el Athletic, pero después rompió las negociaciones. Fue en la época de Zubizarreta como director deportivo del Athletic. La verdad es que me hubiera gustado jugar en el Athletic y es una de las cosas que me ha quedado por cumplir. Siempre intenté en mi carrera no tener muchos ‘que hubiera pasado si..’ y experimentar el fútbol en otros equipos y ligas, pero eso es muy difícil.
No fue al Athletic, pero ese 2002 llegó cedido al Barça, tras un año en la Lazio (firmó cinco). ¿Tiene la sensación de que llegó en el peor momento al Camp Nou? y ¿cómo recuerda a Van Gaal?
No sé si fue en el peor momento, pero en el mejor no. Después de lo que pasó en mi primer año en Italia, quería ir a un club grande y tener más estabilidad de la que había tenido en la Lazio. Y Van Gaal fue determinante, porque me llamó para decirme que me quería en el Barça y yo di un sí rotundo. Pero es verdad que aquel Barcelona era de transición. Me hubiera gustado seguir, pero entró otro presidente, con su gente en la dirección deportiva, eligieron un nuevo entrenador y se apostó por empezar de cero con una serie de jugadores y ''limpiar' a otros, como era mi caso, lo cual era entendible. Aún así, para mí fue un año positivo, porque recuperé sensaciones que no había tenido en el Calcio.
¿Por qué no pudo triunfar en la Lazio ni en el Calcio?
Para adaptarse a un fútbol y una forma de entrenar distintos se requiere tiempo y yo no tuve continuidad en cuanto a mi juego ni a mi presencia en un equipo que era prácticamente nuevo, porque no sólo llegué yo ese año. A Nedved en la Juve y a Zidane en el Madrid les pasó algo similar en los primeros meses, pero ellos tuvieron más tiempo del que me dieron a mí.
¿Fue un peso para usted lo que pagó la Lazio al Valencia y que fue un récord en esa época (casi 8.000 millones de pesetas, cerca de 50 millones de euros)?
No sé si por mi forma de ser, a mí no me afectó. La exigencia me la imponía yo y sé que tenía una responsabilidad, pero no por lo que cobraba o lo que se hubiera pagado por mí; a eso le di una importancia relativa.
¿Por qué su adaptación a la Premier fue mejor que a la Serie A?
Porque el fútbol era completamente diferente. Entonces el fútbol inglés era muy abierto, había grandes espacios y a mí quizás me iba mejor. Además, el Middlesbrough tenía un equipazo que jugaba muy bien al fútbol y eso en la Premier League era mucho; se tuvo la destreza desde el club de captar a jugadores que por nuestro perfil les costaba defendernos a los rivales. Tardé menos en adaptarme a la Premier que al Calcio, pero también pasaron unos meses hasta que di mi mejor nivel; la diferencia es que quizás tuve más continuidad.
Por cierto, cuando se reanude la Serie A, ¿cree que la Lazio de Inzaghi puede ganar este scudetto?
Ojalá. La Lazio es un grande de Italia, que lleva tiempo sin ganarlo, pero está difícil, porque la Juve y el Inter son poderosos y están en la pelea; ahora, la ilusión y las opciones son reales.
A usted se le recuerdan golazos: ¿Con cuál se queda, el que hizo a lo Messi en San Mamés en 1998, la volea en el Camp Nou en 1999 o el del control y sombrero frente al Atlético, en la final de Copa de ese año?
Los tres es cierto que fueron muy bellos estéticamente, pero por la trascendencia quizás el de la final de Copa ante el Atlético de Madrid, en Sevilla.
También fue un consagrado lanzador de penaltis. ¿Ha pensado alguna vez que pudo haber cambiado la historia de la Selección si hubiera lanzado el penalti que falló Raúl ante Francia, en los cuartos de final de la Eurocopa de 2000, o en la tanda ante Corea, en los cuartos del Mundial de 2002?
Sí, pero también si no nos hubiera pitado el egipcio Al Ghandour ante Corea... En ese momento ante Francia, en la Eurocopa, Raúl era la mejor opción para tirar ese penalti. ¿Quién dice que yo no hubiera fallado también? Son conjeturas de imposible resolución y pensar mucho en ello no es sano. Es verdad que los de aquella generación pensábamos que teníamos calidad para haber conseguido lo que afortunadamente llegó en 2008, en 2010 y 2012, pero hubo otras generaciones anteriores que también lo pudieron conseguir, porque la Selección siempre ha tenido mucho potencial.
¿Cuál era su truco para ser tan certero en los penaltis?
Siempre que lo explico la gente me dice: ‘eso suena muy fácil…’. Yo corría hacía el balón y, sin mirarlo, chutaba justo en el momento en el que se balanceaba el portero, del que no apartaba la mirada. Si el portero aguantaba más de lo habitual, buscaba un lado de seguridad con un golpeo cruzado al que era difícil que llegase. Es verdad que de esa forma no los tiraba al principio, sino que lo aprendí más adelante, y hoy no sé si me atrevería.
¿Cuál fue el secreto de aquel Valencia del que usted fue capitán y que ganó una Copa y llegó a dos finales de Champions?
Pues que fue madurando durante años con jugadores jóvenes que tenían un gran potencial. En 1999 explotó cuando ganamos la Copa, pero el club llevaba trabajando para gestar aquel gran equipo desde la etapa de Luis Aragonés (1995-97). El club y la dirección deportiva tuvieron un gran mérito, porque a pesar de que iban y venían jugadores, la dinámica del equipo se mantuvo con resultados y fútbol durante unos cuantos años, y eso es muy difícil.
¿Ha tenido contactos con Peter Lim para formar parte del organigrama del Valencia?
Sí, he tenido varias reuniones con Lim en Londres y en Singapur, pero el papel que él pensaba para mí en el club era distinto del que yo quería, así que no llegamos a un acuerdo. Me hubiera gustado volver para trabajar para el club.
Es curioso que grandes jugadores de aquel Valencia, como usted, el Piojo, Gerard o Farinós después no llegaron tan alto en su rendimiento en otros equipos.
Rendir al más alto nivel durante un período prolongado de tiempo es difícil y, afortunadamente para el Valencia, todos aquellos grandes futbolistas tuvieron su pleno rendimiento en esas temporadas. Pero le digo más, es que si nos hubiéramos quedado en el Valencia, quizás nuestro rendimiento no hubiese sido el mismo.
Disputó 40 partidos con la Selección y estuvo en la Eurocopa de 2000 y en el Mundial de 2002. ¿Lamenta no haber tenido más recorrido?
Sí, podría haber jugado más. Yo dejo la Selección cuando ficho por el Middlesbrough. Yo sabía que era un riesgo dejar la liga española, porque antes no era tan habitual irse al extranjero a jugar, pero también es verdad que mis primeras dos temporadas en Inglaterra tuve un buen rendimiento. Llegó un seleccionador nuevo, confío en otros jugadores, planteó un relevo generacional, y eso hay que aceptarlo, pero desde un punto de vista egoísta sí creo que podría haber tener más presencia en la Selección.
¿Acabó hastiado del fútbol?
Yo no, aunque admito que durante año y medio-dos años desde que me retiré no veía mucho fútbol. Estaba al día de lo que pasaba en el mundo del fútbol, porque ha sido, es y será mi vida, pero los partidos que veía eran puntuales. La música es un parte importante de mi mundo, pero hoy día la mayor parte de mi tiempo se lo lleva el fútbol, bien en mis funciones como embajador de LaLiga, en la televisión, en la UEFA, con eventos… He conocido varios casos de jugadores que acabaron hartos del fútbol, pero tarde o temprano el gusanillo siempre pica y vuelves a engancharte al fútbol de una u otra manera.
¿Alguna vez veremos a Mendieta en un banquillo?
Me queda un nivel del título de entrenador, el UEFA Pro, que me sacaré este verano, y sí me gustaría entrenar, aunque estoy en proceso de formación, de aprender, de hecho, hace un año me saqué un máster en gestión y dirección deportiva. De momento no tengo urgencias y esperaré a que llegue una oportunidad.
Por cierto, ¿qué se siente cuando escuchó su nombre en una canción del grupo español Los Planetas?
La verdad es que me pilló por sorpresa, porque cuando sacaron el single, yo no les conocía en persona, sí me había escapado estando en Valencia a verles en algún concierto. Nos conocimos después en Valencia, por un amigo en común, y a partir de ese momento entablamos amistad. Estar en una canción de una generación y de uno de los grupos icónicos del Indie español, al que admiro, y mencionado junto a Spiderman es la leche...