BARCELONA

Setién no se cree a La Masia

Lejos de su discurso inicial y abrazado a los veteranos para conservar el estatus del vestuario el entrenador no da ninguna esperanza a los jóvenes: "No me han convencido del todo".

Ansu Fati, Riqui Puig o Álex Collado (autor por cierto del mejor gol de la temporada en la Segunda División B según la FEF), jugadores que la próxima temporada deben formar parte del primer equipo según el plan de la secretaría técnica y del mismo Bartomeu, que quiere más cantera, se habrán levantado este viernes con una sorpresa desagradable. Por segunda vez en la misma semana, Setién ha mandado un mensaje absolutamente desalentador para La Masia. Este miércoles, en TV3, el cántabro se había hecho la pregunta retórica: "¿Qué queremos, cantera o avanzar?", dando a entender que lo primordial en el Barça eran los resultados y que no había tiempo para las probaturas. Este jueves en El Larguero de la SER, insistió en su portazo: "A mí no me han convencido del todo (los jugadores del filial) para que jueguen más de lo que han hecho. Estamos entrenando con todos los que creemos que pueden dar ese paso pero no hemos encontrado la oportunidad para encajarlos".

En su presentación como entrenador del Barça, Setién había anunciado atención especial a la cantera. Hasta hizo porque se le viera en el Estadi Johan Cruyff viendo partidos del Barça B. En su primer entrenamiento, le dio un abrazo a Riqui Puig que el fotógrafo oficial del club captó y divulgó por las redes sociales. Y hasta le hizo jugar 20 minutos en el debut ante el Granada y 71 en Ibiza en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Desde entonces, Riqui Puig sólo jugó tres minutos. Eso por no hablar de Collado o el mismo Ansu Fati, que en cuanto llegó Martin Braithwaite ha desaparecido de las alineaciones.

Insistió Setién el día de su llegada en que a él no le temblaba el pulso para meter a chicos de la cantera si los veteranos se relajaban y que ya lo había demostrado en otros clubes ("si empujan y se lo ganan, pueden jugar en el primer equipo"). Pero, pese a tener una plantilla corta, pronto ha comprendido que el Barça es otra cosa. Que los estatus deben respetarse y que hay roles que no se pueden tocar si se quiere mantener controlado el ecosistema del vestuario. Setién, pues, se ha abrazado a las vacas sagradas. Por supuesto, a Messi ("veremos si él cuenta conmigo para la próxima temporada", bromeó en El Larguero), a Busquets ("como Del Bosque, me reencarnaría en él, os sorprendería los registros físicos"). Y si ha hecho falta, ha cambiado su concepto de jugadores a los que identificaba con el caos. Donde Riqui Puig ha jugado 22 minutos desde que aterrizó el cántabro, Vidal ha participado en 354 minutos. De momento, Setién le ha pegado una puerta intencionada a La Masia. No cree en la cantera como remedio a corto plazo.

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