Facu quiere seguir su Erasmus europeo en el Leganés

Facundo García tiene la misma cara de niño con la que llegó a Leganés procedente de Olimpo (Argentina) hace una temporada. Pero aquel chaval de 18 años ya no es el mismo que ahora luce 19. Su campaña de Erasmus en el Apoel Nicosia de Chipre, cedido por los pepineros, le ha endurecido la vida. La experiencia allende la tierra que lo vio crecer, lejos de Olavarria, le ha hecho crecer. Evolución como futbolista que aún atisba cambios. Tiene que dar el estirón. Mientras lo consigue, Facu tratará de convencer a Pellegrino de que Butarque es el mejor sitio para hacerse adulto. Y esta vez el problema de los pasaportes no será, parece, un dique tan grande para sus ilusiones europeas.

Porque hace justo un año Facu ya convenció al Flaco. El entrenador quedó encantado con las capacidades del chico, casi un crío. Su descaro en el césped y sus buenas maneras con el balón también gustaron a una parroquia que lo aplaudió en pretemporada con el ahínco de los que premian más la ilusión del futuro, que los resultados del presente.

Sin embargo, Facu tuvo que hacer las maletas. El club decidió otorgar las tres plazas de extracomunitarios a Szymanowski, Santos y Rolan. Colmado el cupo, sus posibilidades eran nulas. Partió para Chipre, donde fue protagonista en el Apoel Nicosia. Disputó 29 partidos oficiales, entre ellos, cinco de Europa League. Incluso se permitió el gustazo de alzar su primer título: la Supercopa de Chipre.

Evolución en el juego

Su juego, antes más estético que físico, ha mutado en un híbrido que acepta mejor la exigencia del viejo continente sin despreciar el suave tacto que tanto gusta en Argentina, reserva natural de pivotes creativos. Ejercer de '5' típico albiceleste le sienta a Facu como anillo al dedo.

Por ahora luce el 28. Este verano lo ha portado en tres partidos en los que ha ido de menos a más. Contra el Rayo Vallecano no tuvo protagonismo, ante el Fuenlabrada jugó cambiado de sitio (carrilero diestro) y frente al Raja Casablanca se creció solo en el pivote. Ahí, ejerciendo de manija, lo que más le gusta, lució sus mejores virtudes, ésas con las que espera convencer a Pellegrino para quedarse.

A su favor, que, tras la nacionalización de Szymanowski por ahora sólo hay dos extracomunitarios más en plantilla: Rosales y Mejías. Éste último tiene visos de que abandonará de nuevo el equipo en pretemporada para marcharse a préstamo a un Segunda o Segunda B, lo que allanaría las posibilidades de Facu en un equipo que, además, busca mediocampistas creativos. La opción de una segunda cesión también es más que factible, pero su anhelo es mantenerse en el Leganés y hacer de Butarque la segunda parada de su Erasmus futbolístico.