El Espanyol vuelve hoy a Europa tras 4.453 días y Cornellà debuta
Será el primer partido desde la final de Glasgow. Jugará Borja Iglesias, no lo hará Vargas. El Stjarnan viene de clasificarse en el 122’ y de empatar en Liga en el 93'.
Europa nos debe una. Se escuchaba en los vomitorios de Hampden Park, en el tránsito entre lágrimas del estadio a los autocares. En los colapsados pasillos del aeropuerto de Glasgow, incluso en el de Edimburgo. Y en Montjuïc, al día siguiente de aquel 16 de mayo de 2007 en que se detuvo el reloj del Espanyol. Hasta hoy.
Aquel "Europa nos debe una" era el autoconvencimiento fácil ante el desconsuelo de la final perdida, ante el Sevilla, y en los penaltis, igual que en 1988, en Leverkusen. Pero a partir de esta noche (21:00, Mov LC/E3), 4.453 días después, puede convertirse en un estímulo. En el inicio de otro bonito camino, ahora en la Europa League en lugar de la extinta Copa UEFA, que esta vez parte desde el más humilde de los orígenes, como lo tiene el Stjarnan islandés, un rival más conocido por sus extravagantes celebraciones de hace unos años que por sus resultados, y como lo muestra el DNI de David Gallego, que hace solo dos meses dirigía aún los designios del Espanyol B en el Grupo III de Segunda B.
Mientras esto último sucedía, el primer equipo se daba un homenaje inolvidable, el 18 de mayo, a raíz precisamente de la inesperada clasificación europea, Athletic y Sevilla mediante. Invadía la afición el césped, ahora recién sembrado, y aupaba en hombros entre otros a Borja Iglesias, artífice de ese hito con sus 17 goles y titular hoy —a diferencia de un Matías Vargas cuyo tránsfer no ha llegado a tiempo— y hasta que alguien pague por su cláusula. Quizá el Betis, dirigido por un Rubi que aquella tarde era ovacionado. A veces no hacen falta 4.453 días para que la vida dé un vuelco.
También tras aquel triunfo ante la Real Sociedad fue aclamado Chen Yansheng, que hoy volverá al palco de un RCDE Stadium que, diez años después de su inauguración, también se estrena en competición europea. Cuando el Espanyol disputó su último partido en Europa, la final de Glasgow, el actual presidente perico tenía 36 años, presidía una compañía que aún no se llamaba Rastar y que solo se dedicaba a juguetes (ni videojuegos ni producciones televisivas) y ni siquiera cotizaba en la Bolsa de Shenzhen.
De aquellas, el Stjarnan escalaba desde la tercera división islandesa, que ya es decir, hasta convertirse en un habitual de las rondas previas europeas en los últimos años, con 2014 como verano de ensueño, pues eliminaron al Motherwell escocés y al Lech Poznan polaco antes de toparse, eso sí, con el Inter de Milán del experico Osvaldo, que les asestó un 9-0 global.
La atención tratará de centrarla Hilmar Árni Halldórsson, su máximo realizador y el de la Úrvalsdeild Karla, la Liga islandesa, con nueve dianas en 13 jornadas, las que lleva disputadas un Stjarnan muchísimo más rodado y que viene de clasificarse 'in extremis' para esta ronda ante el Levadia, en el minuto 122, y de empatar en el 93' el domingo ante el líder de su campeonato, el KR Reyjkjavik (2-2), así que nunca se da por rendido.
En eso último tiene algo en común con el Espanyol, que regresa a casa. A Cornellà y a Europa. Probablemente vuelva a sonar 'L'amour toujours', como aquel 18 de mayo. Y, si no es para siempre, al menos que el sueño sea largo y placentero.