Sabin Merino: “No he pensado en salir de Leganés”

Juega Sabin Merino con la ligereza de los que no sienten presión sobre sus hombros. Quién lo diría. La pasada temporada llegó al Leganés en el último día del mercado estival. Gozó de ocasiones (pocas) y su rendimiento se alejó de lo deseado. Por él. Por el equipo. Ahora todo ha cambiado. “He llegado en buena forma”, comenta sobre el césped de la Instalación Deportiva Butarque, aún sudoroso después de haber jugado su segundo partido de pretemporada, de haber marcado su segundo gol del verano. Sabin está enrachado y quiere aprovecharlo para convencer a Pellegrino de que puede quedarse. Que debe quedarse.

“Mi deseo es dar el máximo en cada partido y luego ya se verá. Si doy el máximo me ayudará a demostrar a Pellegrino que puedo jugar aquí”, comenta luciendo tímido verbo, sin la chispa que sí le está inyectando a sus piernas sobre el césped. Corre, presiona, asiste y marca. Aún es pronto para evaluaciones veraniegas, pero en los deberes del día a día, Sabin está asiendo alumno aventajado.

Pretemporada desde el inicio

Le ayuda haber llegado ya el primer día de escuela. El curso pasado se incorporó con la campana anunciando el fin de mercado. “Está claro que es importante estar desde el inicio. Sabemos que en pretemporada hay oportunidades para demostrar y aprovecharlas. Si llegas el último día de mercado es difícil. Es difícil entrar en un equipo que ya está hecho” confiesa señalando, de manera indirecta, una de las causas de su bajón hace un año.

A falta de que En Nesyri se incorpore al grupo el lunes, ya en la estadía de Tánger, la competencia en la delantera la conforman Ruibal, Juan Muñoz y él. Los dos últimos amenazados por la sombra de una salida veraniega. Pero a Sabin no le importa.

“Personalmente no he pensado nada sobre salir de la plantilla”, comenta ratificando la información de AS. El ariete anhela continuar, aunque tampoco se cierra las puertas a propuestas interesantes.

“En Primera la competitividad es máxima. Cada uno tiene que aprovechar sus oportunidades y dar el máximo. Yo creo que los tres [Juan Muñoz, Ruibal y él] lo estamos haciendo. Somos muy competitivos. Somos jugadores que nos gusta hacer goles. Que nos gusta correr al espacio. Cada uno, con sus virtudes, buscar sus oportunidades”, insiste repitiendo, otra vez, su sustantivo favorito: “máximo”.

Palabra exigente que cose a sus declaraciones, pero también a su ilusión y ganas de cambiarlo todo. Incluso su dorsal. La campaña pasada jugó con el 18. Ahora, con el 9. ¿Por qué? “Estaba libre y siempre me ha gustado. Lo cogí nada más. Nada importante”, zanja sin darle relevancia a portar el número sagrado de los goleadores. Él, por ahora, cumple con el requisito que conlleva portarlo. Ya es pichichi veraniego del Lega. Anécdota que aspira convertir en sentencia de continuidad cuando inicie el curso.