A Bakú se va por Mestalla
El Valencia llama a la épica para meterse en otra final. La duda está en el ataque: Gameiro (51 goles en Europa) o Santi Mina (dos ante el Huesca).
Por Mestalla se cree en la remontada o, como se juega con las palabras por Valencia, en la ReAmuntada. Los precedentes, el milagro copero ante el Getafe entre ellos, invitan a tener fe, a creer; también lo sucedido en Anfield. A Bakú se va por Mestalla, que de mística tampoco no va corto. El Valencia de Marcelino ha demostrado este año que nunca se rinde. "Me niego a dar la temporada por perdida" enfatizó Parejo cuando al equipo le iban mal dadas allá por enero y, llegados a mayo, el Valencia aún pelea por meterse en Champions, tiene plaza en la final de Copa y está a las puertas de otra, 15 años después de su última final europea. Para llegar a ella tiene que darle la vuelta al 3-1. Difícil lo es; imposible, no (sigue el partido en directo en As.com).
El aliento del público está garantizado, aunque todo iría mejor si las discrepancias entre CurvaNord y Anil Murthy se aparcaran por el bien común. Sea como fuere, inclusive más allá de cómo reciba Mestalla a Emery tras aquella efusiva celebración del gol de MBia, quienes tienen que marcar los goles estarán en el césped y no en la grada ni en el banquillo. Ahí es donde el Valencia tiene que hacer dudar al Arsenal, como hiciera en el inicio en Londres; ahí es donde no puede repetir los errores que tan bien aprovecharon Lacazette y Aubameyang.
Marcelino recalca a los suyos que la intensidad no se negocia y de paso les recuerda que los goles valen lo mismo en el 1' que en el 90'. Emery insiste a sus pupilos que confianzas ninguna. A la Champions ya no llega el Arsenal vía Premier y los 64 goles encajados en 55 partidos evidencian que su fuerte no está en defensa. Pero su ataque, de amigo tiene poco.
La vuelta de Coquelin hará que el Valencia sea reconocible. La principal duda está en quién acompañará a Rodrigo, porque Mina viene de hacer dos goles en Huesca mientras que Gameiro tiene la experiencia que añoró Marcelino en Londres (135 partidos en Europa, 51 goles).