CELTIC 0-VALENCIA 2

El Celtic puso el público; el Valencia impuso su fútbol

Cheryshev y Sobrino, que debutaba con el Valencia y en competición continental, encarrilan la clasificación blanquinegra en Glasgow.

El Valencia hizo valer su fútbol y se fue de Glasgow con el pasaporte sellado para los octavos. En un escenario de Champions, los de Marcelino demostraron que vienen de ella. Los goles de Cheryshev y Sobrino no fueron fruto de la casualidad sino de la superioridad técnica y táctica de los blanquinegros, que están lanzados y dejaron su tarjeta de visita en su estreno en la Europa League.

Lo del Celtic es como ir a la Ópera de Milán y que el tenor esté afónico. Celtic Park es un majestuoso escenario; su atmósfera es cultura del fútbol y por su público se inventó el término incondicional. Pero los pupilos de Brendan Rodgers son un equipo limitado y ellos son los que juegan. Más allá de su ímpetu inicial, qué menos con 60.000 almas empujándoles. En cuanto el balón se puso a rodar de un pie a otro de los valencianistas, al Celtic le quedó su público y poco más.

El Valencia solo tenía que meter la pierna con la intensidad de los católicos de Glasgow y después su fútbol hizo el resto. Marcelino no encuentra fórmulas para poder darle descanso a Parejo y el capitán, otra vez titular, encontró su propio método. Él recuperó, lanzó un excelso pase a la carrera de Sobrino y gol de Cheryshev. Así se llegó al descanso y allí ya se quedó Parejo, con el deber cumplido y el Valencia con un gol a su favor en casa ajena.

Ni Burque ni después Edouard ni Weah inquietaron a Neto. El Celtic, imparable en Escocia, se dio de bruces con su realidad en Europa. Sobrino, que debutaba con el Valencia y en competición continental, propuso más en 90’ que Batshuayi en el tiempo que estuvo. A su asistencia a Cheryshev sumó también su primer gol como valencianista, que silenciaba ‘El Paraíso’ y daba al Valencia una vida extra, ya que en pleno carrusel de partidos minimizó la exigencia del partido de vuelta.

 

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