Lo que debería haber sido un carrusel masivo de cambios y descanso para todas las vacas sagradas antes del Barça-Cultural(0-1) ha acabado con Valverde trabajando sobre una hoja de cálculo (sigue el partido en directo en As.com). Entre lesionados (Umtiti, Rafinha, Arthur, Suárez, Samper), tocados (Cillessen, Vermaelen) y jugadores básicos que piden a gritos un descanso (Piqué, Alba, Busquets y Messi se han quedado fuera de la lista), el Txingurri va a tener que estrujarse los sesos para alinear un once que también conceda aire a sus otras estrellas (Rakitic, Vidal, Coutinho o Dembélé podrían verse obligados a jugar minutos) y a la vez no juegue en el alambre con la normativa. Ya saben, según el punto número 2 del artículo 223, "una vez iniciado el partido, los equipos deberán estar integrados durante todo el desarrollo del mismo por al menos siete futbolistas de los que conforman la plantilla de la categoría en la que militan".
El principal aliciente del partido, que el Barça empieza con 0-1 de ventaja gracias al gol postrero en la ida de Lenglet, se llama Riqui Puig. Sensación de aquel lejano partido ya de pretemporada contra el Milán en San José, hoy puede hacer su debut oficial con el Barça con 19 años. Viene de dar un recital contra el Valencia Mestalla y su talento, incluso su fragilidad física actual, recuerdan inevitablemente a Iniesta. En la fiesta que es el partido de hoy (VIII Diada del Socio Solidario que libera su abono para los más necesitados), Puig es la gran ilusión. Y en el fondo, eso es el fútbol.
