Serantes blinda sus opciones de seguir en el Leganés

Jon Ander Serantes voló. Voló como siempre. Quizá como nunca pensó en hacer de nuevo. En un aleteo invisible desplegó sus alas fabricadas no de plumas, sino de ladrillos gruesos. No se ven. Pero están ahí. Son un muro. Su muro. Una tapia que protege porterías. Que escupe balones como pelotas en un frontón. Así repelió la de Loren. No se lo creía. Era gol. A un metro de la línea el canterano del Betis remató con fe y tino. Sí, era gol. Pero no entró. Maldito Serantes y sus alas, debió pensar. Bendito Serantes y sus alas, replicó Butarque, que en un estallido de emoción contenida durante 18 meses, ovacionó al portero del Leganés. Todo sucedió en el último partido de la pasada temporada. El primero del guardarredes de Barakaldo tras año y medio sin jugar por culpa de las lesiones. El inicio de un camino de esperanza que parece consolidar la llegada de Pellegrino.

El nuevo entrenador argentino del Leganés cuenta con él. También cuenta el club, que anda metido en la búsqueda de un nuevo meta, pero que no tiene entre sus planes que venga a sustituir a Serantes. Él es, por ahora, uno de los que se queda.

El futuro de Cuéllar y Champagne

No está tan claro en el caso de Cuéllar. En Grecia, el Olympiacos (a dónde ha ido a parar recientemente Guerrero, ex delantero del Lega y amigo de Cuéllar) ha filtrado que el veterano portero extremeño ha sido ofrecido al club del Pireo. En ésas andan. Estudiando si se lanzan a por él. El Leganés no descarta su salida a cambio de una pequeña cantidad económica similar a la que le costó ficharle desde el Sporting hace un año.

Tampoco queda claro qué pasará con Champagne. El Leganés tiene hasta el 30 de junio para ejecutar la cláusula de compra unilateral que aparece en su contrato y que supera por poco el medio millón de euros. En Butarque meditan la decisión de si ejecutarla o no. Todo dependerá en buena medida de qué suceda con Cuéllar.

“Lucharé por ser titular”

¿Y Serantes? Con dos años más de contrato, salvo sorpresa, su continuidad no está amenazada. El objetivo es que Jon haga la pretemporada y comience el curso como uno más. Sin privilegios por ser uno de los héroes del Lega, pero sin taras por sus problemas físicos, ésos que, desde noviembre de 2016, durante un año y medio le han dibujado un infierno diario. Cotidiano.

“Lucharé por ser titular la próxima temporada. Pelear con Pichu y Nereo o con quien esté. Pelear para estar lo mejor posible. Ser buen compañero y ayudar. Tengo dos años de contrato. Por supuesto que haré lo posible por quedarme y jugar aquí, que es por lo que llevo luchando cuatro años”, dijo tras jugar esa última jornada contra el Betis, ésa en la que Serantes voló. Cómo siempre. Quizá cómo nunca pensó en hacer de nuevo.