Riazor espera a Primera

Después de dos jornadas pendiente de radios y calculadoras, el Depor dispone de la primera bola de partido con su servicio. Celta y Valladolid han ido aplazando la fiesta, pero la victoria blanquiazul ante el Nàstic hace que ya dependan de sí mismos. Ganar al Huesca significa el ascenso automático, el regreso a Primera tras un exitoso año de transición por el temido infierno.

El tropiezo en Chapín evitó el ascenso en Jerez y Javi Guerra dejó sin efecto la posible celebración en Tarragona. Así que el destino señala a Riazor, principio y más que posible fin de la pesadilla. El 21 de mayo del pasado año la afición lloró la derrota ante el Valencia y hoy se prepara para hacer lo mismo, pero de alegría. Las entradas están agotadas desde hace varios días, las hormigoneras calientan motores y la Fuente de Cuatro Caminos se prepara para recibir la visita de una ciudad entregada. El optimismo puede parecer soberbia, pero los números del Deportivo en su estadio: 17 victorias, dos empates y una derrota, invitan a ello.

El objetivo principal es subir, pero el botín de la victoria dejaría un jugoso botín colateral. Los tres puntos, con independencia de lo que hagan vigueses y pucelanos, convertirían al Depor en campeón de Segunda, el título que reclamaba Lendoiro cuando comenzó esta larga carrera allá por el mes de agosto. Ganar dejaría a los de Oltra con 88 puntos, lo que iguala el récord de puntuación de Segunda de todos los tiempos conseguida por el Valladolid en la 06-07. Números de leyenda para el técnico valenciano, que renovará de forma automática para seguir la aventura en Primera.

Sin Valerón. El gran día está preparado y la única pena es que Valerón, lesionado, no pueda celebrarlo jugando. El eterno Flaco ha sido el faro del Depor de Oltra, ha batido su techo goleador y recibido aplausos en toda España. Su baja duele y crea dudas al técnico, que medita si apostar por Borja y Álex en el pivote o un ataque con Riki y Lassad. Dudas menores para un objetivo grande.