Recientemente se anunciaron nuevos cambios de balance en Hearthstone, con varias cartas clásicas sufriendo importantes nerfeos que afectarán notablemente al meta competitivo, sobre todo en lo que respecta al Druida y al Guerrero.
Pero lo que más polémica ha levantado han sido las explicaciones del equipo para justificar estos cambios, dando lugar a serios malentendidos que han cabreado a numerosos miembros de la comunidad.
Concretamente, las críticas se han volcado sobre el simple pero determinante cambio al Hacha de Guerra Ígnea del Guerrero, cuyo coste ahora pasa a ser de 2 a 3. Por una parte, es un cambio poco justificado desde el punto de vista del equilibrio, ya que el propio equipo ha admitido que se ha tomado esta decisión para perjudicar el arquetipo de piratas, aunque la carta en sí misma pase de ser muy poderosa a ser prácticamente inutil, en vez de balanceada.
La dificultad de balancear Hearthstone
A la hora de explicarse, Blizzard dijo que es más sencillo cambiar el coste de maná que cambiar las mecánicas de la carta porque todo el mundo "lo entendería mejor", algo que muchos han traducido por un "nos toman por incapaces de aprender nuevas mecánicas".
Ante el aluvión de críticas, el director Ben Brode tuvo que salir a la palestra para aclarar el supuesto malentendido. En sus palabras, asegura que prefieren los cambios de maná precisamente porque los jugadores ya han memorizado todas las cartas y saben cuales son sus efectos simplemente observando el arte, y quieren que eso siga siendo así sin que tengan que cambiar esos efectos cada cierto tiempo.
Lejos de justificar la situación, ya que muchos juegos competitivos realizan cambios constantes en sus mecánicas sin ninguna clase de problemas, lo que el equipo realmente pretende es sacar varias cartas de la ecuación para dejar paso a las de las nuevas expansiones, y esta es la forma más simple y directa que se les ocurre sin tener que eliminarlas o pasarlas al Salón de la Fama.