A toda vela a pesar del zika
Ya han pasado cuatro años desde que saboreó la gloria olímpica en Londres. Desde entonces ha sido madre y en su regreso a la competición, tras diez meses parada por su maternidad, se subió al segundo cajón del pódium en el Mundial de 2014 en Santander, muestra de su gen competitivo y de su experiencia, puesto que lleva practicando el windsurf desde los once años. Ahora quiere dedicarle una nueva medalla olímpica a su hija Marta en aguas brasileñas, las mismas donde a finales del año pasado contrajo el zika, virus que ha desatado la alarma en la comunidad internacional. Marina, en cambio, le quita importancia: “Es menos que un resfriado, nada grave. Simplemente es famoso y punto”.
Mi objetivo es conseguir una medalla, sin importar el color.
MARINA ALABAU