Flechettes, los dardos letales con los que los rusos aniquilan a los ucranianos
Los flechettes, proyectiles afilados utilizados durante la I Guerra Mundial, son dardos mortales que utilizan las fuerzas rusas para acabar con los civiles.
Los flechettes (en francés, "pequeñas flechas") son la munición que utilizan las tropas rusas contra los civiles en la guerra con Ucrania iniciada el pasado 24 de febrero. Sus puntas afiladas convierten a los flechettes en armas potentes capaces de perforar el casco y la cabeza de un soldado.
Después de que las fuerzas rusas se retiraran de los pueblos y aldeas que ocuparon en marzo al norte de Kiev, se evidenció que habían estado utilizándolos durante el asalto. Irpin, un suburbio de Kiev, no es el único lugar donde apareció esa evidencia, puesto que los lugareños de la ciudad ucraniana de Bucha aseguraron que sus jardines y casas recibieron una lluvia de dardos de metal letales durante la masacre de Rusia a la población de Bucha.
Asimismo, los médicos forenses revelaron que encontraron flechettes en los cuerpos de víctimas civiles del conflicto de Bucha, incrustados en la cabeza y en el pecho de las personas.
Utilizado durante la Primera Guerra Mundial
Estas pequeñas piezas de metal son un arma antipersona muy usada durante la Primera Guerra Mundial, cuando los Aliados atacaron al mayor número de soldados y enemigos posible. Se colocan dentro de proyectiles y cada caparazón puede contener hasta 8.000 flechettes. Una vez disparados, los proyectiles estallan cuando el dispositivo explota.
En la Segunda Guerra Mundial no tuvo tanto éxito, pero resurgió cuando Estados Unidos los utilizó durante la guerra de Vietnam y el ejército israelí contra los civiles en Gaza. Amnistía Internacional condena su uso, señalando que están "diseñadas para penetrar la vegetación densa y atacar un gran número de soldados enemigos y nunca deben usarse en áreas civiles urbanizadas".
No están prohibidas por el derecho internacional
Las flechas, de entre 3 cm y 4 cm de largo, se sueltan del caparazón y se dispersan. Al chocar con el cuerpo de la víctima, el dardo pierde rigidez y se convierte en un gancho que rompe la piel, a la vez que la parte trasera de la flecha, formada por cuatro aletas, se rompe y causa una segunda herida.
Además, pueden alcanzar velocidades similares a las de una bala. Su elevada velocidad permite atravesar la vegetación y alcanzar a soldados escondidos o perpetrados entre el follaje.