A pesar de tener la segunda fuerza aérea más grande del mundo, y muy avanzada, el New York Times informó el lunes que, según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, Ucrania “sigue volando sus propios aviones de combate y aviones de ataque contra las tropas rusas”.

Y es que no ha habido una victoria gracias a la fuerza área rusa. Ni siquiera la toma del primer aeropuerto, el de Gostomel, se saldó con victoria, sino con las dudas de que a la mejor fuerza militar no se le abrieron los paracaídas y que, en la huida, tras varias semanas, la infantería que fue en su apoyo abandonó varios carros de combate.

La entrada de armas occidentales

Los países de la OTAN han hecho todo lo posible para inundar Ucrania con sistemas portátiles de defensa aérea, como el misil Stinger de fabricación estadounidense, que puede ser disparado por un solo operador.

“Los suministros occidentales de MANPAD y otros tipos de sistemas de defensa aérea permitieron a Ucrania aumentar y mejorar sus capacidades”, dijo Pavel Luzin, experto en las fuerzas armadas rusas y colaborador de la Fundación Jamestown.

El experto William Alberque, director de estrategia, tecnología y control de armas del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, afirma que Ucrania pudo distribuir estas defensas aéreas de manera efectiva, por lo que se volvió demasiado peligroso para los vuelos de combate rusos.

Pero durante los primeros días no tenía Ucrania estas baterías anti aéreas. Y el resultado fue prácticamente el mismo. Otros analistas consideran que las municiones rusas están obsoletas, y no tienen tecnología de seguimiento eficaz, por lo que el resultado no es casi nunca fiable.

Consecuencia de eso sería que apenas utilizaran la munición para no destruir infraestructuras claves del país. Además, entre sus labores asignadas estaría más ña protección de la tropa terrestre que una misión aérea en sí.

“En lugar de trabajar para controlar los cielos, la fuerza aérea de Rusia ha brindado principalmente apoyo aéreo a las tropas terrestres o ha bombardeado ciudades ucranianas. En esto ha seguido las tácticas tradicionales de una potencia continental que privilegia las fuerzas terrestres”, tal y como explica un mariscal retirado de la Royal Air Force.