El alto porcentaje de población adulta vacunada, y el descenso del número de contagios provocados por Ómicron durante el inicio de 2022, ha permitido una evolución favorable de la situación epidemiológica en España y con ello, la retirada de la totalidad de las restricciones establecidas durante la pandemia.

La última de ellas, la mascarilla en interiores, que fue retirada el pasado 20 de abril. Su uso pasó de ser obligatorio a recomendable en la mayoría de espacios privados, aunque con la excepción de los centros sanitarios y sociosanitarios, así como el transporte. Todo ello con más de un 93% de la población adulta de nuestro país con pauta completa, y más de 24 millones de personas con dosis adicional.

Pese a estos avances importantes en la lucha contra la COVID-19, los expertos consideran que las vacunas actuales deben actualizarse con el objetivo de garantizar una mayor protección frente a las últimas variantes del SARS-CoV-2. Es el caso del inmunólogo José Gómez Rial. En declaraciones a 'NIUS', expuso un factor a tener en cuenta a la hora de administrar la cuarta dosis. "Deberíamos poner una vacuna adaptada a Ómicron".

También se pronunció al respecto el inmunólogo Alfredo Corell, que mencionó al medio citado el motivo por el cuál debe actualizarse la dosis de la vacuna contra el coronavirus. "La vacuna actual está basada en la variante de Wuhan. Su eficacia es escasa para Ómicron". Estas declaraciones coinciden después de que compañías como Pfizer, anunciasen un plan para el desarrollo de una dosis especializada contra las nuevas variantes.

De hecho el CEO de Pfizer, Albert Bourla, avisó el pasado mes de marzo sobre la necesidad de inocular una cuarta dosis. "Vienen muchas variantes, y ómicron ha sido la primera que ha podido evadir de forma hábil la protección inmunológica que estamos proporcionando", dijo dos meses atrás a la cadena de televisión norteamericana 'CBS'.

La cuarta dosis en España, para inmunodeprimidos

El pasado mes de enero, el Ministerio de Sanidad anunció la cuarta dosis de la vacuna contra la COVID-19. Eso sí, solo para que fuese administrada a la población inmunodeprimida, es decir, aquellos ciudadanos cuyo sistema inmunológico no es capaz de producir una respuesta adecuada a los virus y bacterias.

Por otro lado, en países como Colombia la segunda dosis de refuerzo ya se administra a los mayores de 50 años a los cuatro meses de recibir la primera. Sin embargo, los expertos defienden una vacunación diferente a partir de la tercera dosis. El propio Gomez Rial, escribió meses atrás en su perfil de Twitter sobre la apuesta por una vacunación individualizada y por los test de inmunidad.