Doce años después de uno de los mayores crímenes que conmocionaron a España, la familia de Marta del Castillo ha encontrado una nueva forma de poder hallar el cadáver de su hija. Para ello, el juez Álvaro Martín ha dado orden de investigar de nuevo los teléfonos móviles del asesino de la joven, Miguel Carcaño. Con esto, el juez acepta la petición de la familia de la víctima, un perito que podrá estudiar, a través de una nueva técnica, la geolocalización de Carcaño la noche del asesinato.

Con esto y el móvil de su asesino, los expertos podrían localizar el cuerpo de Marta del Castillo, siguiendo la ruta de Carcaño habría realizado la noche del 24 al 25 de enero de 2009. Una nueva investigación que, según adelanta la Cadena SER, en ningún caso va a revisar lo ya juzgado. Esta nueva técnica permitirá conocer dónde estaba Miguel en el momento de los hechos, tan solo con un margen de error de unos metros. Gracias a las antenas de telefonía y a las terminales a los que estaba conectado, en caso de que el cadáver estuviera enterrado, podría llegarse hasta él.

Carcaño cumple 21 años de prisión

Por ello, el juez pide a la prisión de Sevilla II y a la Sala que enjuició los hechos que entreguen los objetos de Carcaño, si todavía los conservan, para clonar los teléfonos y realizar estas comprobaciones. Además, el magistrado también ha pedido a las compañías telefónicas que entreguen todos los datos que dispongan de los teléfonos de Carcaño, Marta del Castillo y el resto de personas que fueron acusadas e implicadas en el caso, como Samuel Benítez, el hermano de Miguel, Javier Delgado y su novia María García.

El juez incluso consultó a la Policía Nacional si era posible realizar esta clonación de los móviles y rastrear su geolocalización. Una nueva técnica que pidieron los padres de la víctima, después de que un especialista les informase de esta nueva técnica, que podría dar con el paradero de su hija doce años después gracias a la geolocalización. Carcaño, que sigue cumpliendo 21 años de prisión por el crimen, ha dado su consentimiento para revisar los teléfonos.