Los efectos secundarios de las vacunas de Pfizer y Moderna
Los efectos adversos más habituales detectados son fiebre, cefaleas, mareos o molestias en la zona en la que se ha administrado la inyección.
Los expertos insisten en que los beneficios de las vacunas contra el coronavirus son claramente mayores que los riesgos. Los casos en los que se produce una reacción adversa son mínimos, aunque en ocasiones pueden provocar efectos secundarios y ninguno de los remedios aprobados por los reguladores escapan a esta circunstancia.
Así, la vacuna de Moderna ha sido la que más efectos secundarios ha causado con 332 casos por cada 100.000 habitantes, según los datos de la Agencia Española del Medicamento. Por su parte, esta cifra se reduce a 204 casos con el fármaco desarrollado por Pfizer.
Mientras, la vacuna de AstraZeneca, cuya utilización en los menores de 60 años ha sido suspendida por el Ministerio de Sanidad “por un principio de precaución” tras los casos de trombos detectados, ha provocado efectos adversos en 69 casos por 100.000 habitantes, según recoge la Agencia Española del Medicamento.
Los efectos secundarios más habituales
Los efectos secundarios más comunes detectados por las autoridades sanitarias son fiebre, cefaleas, mareos o dolor muscular en la zona en la que ha sido administrada la inyección. Además, los resultados del estudio de vigilancia activa desarrollado en Estados Unidos, conocido como v-safe, añade fatiga y dolor de cabeza a la lista de efectos adversos más habituales que causan las vacunas de Pfizer y Moderna.
Este estudio concluye que los efectos adversos son más habituales con la vacuna de Moderna que con la Pfizer y que este porcentaje se incrementa tras la segunda dosis. Asimismo, los científicos subrayan en este trabajo que “la frecuencia de las reacciones notificadas coincidió, en general, con los resultados observados en los ensayos clínicos”.
El estudio de vigilancia realizado en Estados Unidos sobre las vacunas de Moderna y Pfizer destaca también que “el porcentaje de participantes en v-safe que informaron de reacciones locales y sistémicas fue más alto el día 1 después de la vacunación y disminuyó notablemente hasta el día 7”. Los resultados de esta investigación han sido publicados en el sitio web JAMA Network Open.