Cómo vivir atrincherado en un castillo del siglo XIV en plena pandemia
El nonagenario Ricardo Miravet Toutainvive vive en el castillo de la Todolella (Castellón), el único habitado dentro de la Comunitat Valenciana, desde cuyas almenaras resiste el asedio del coronavirus.
La situación generada por la irrupción del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, está dejando no pocas historias, que si ya son curiosas de por sí, adquieren si cabe una dimensión mayor por las circunstancias a la que nos ha obligado a enfrentarnos la pandemia, que no parece tener intención de esfumarse a corto plazo. Una de esas historias es la que protagoniza Ricardo Miravet Toutain y recoge ‘El Periódico Mediterráneo’.
Y es que, este argentino nacido hace 91 años en Córdoba, llegó a la comarca del Els Ports, junto a su esposa Livia, en la década de los 60 y rápidamente sintió un flechazo de tales dimensiones que le animó a comprar un castillo medieval, el de la Todolella, que data del siglo XIV. Desde entonces se ha dedicado a disfrutar de la fortaleza, que donará a la Generalitat Valenciana a su muerte, al tiempo que ha ido invirtiendo en adecuar sus centenarias instalaciones.
Así pues, Miravet ha pasado, como la mayoría, el confinamiento en casa. Pero qué casa. “En 1966 no entendió nadie que lo compráramos, pensaban que estábamos locos. Era un gallinero, la gente se dedicaba a subsistir, a vivir, y no valoraban el patrimonio que había”, destaca este organista de profesión, reconocido también internacionalmente por su habilidad en la restauración del instrumento, que invirtió 450.000 pesetas de la época – unos 2.700 euros- en la operación.
Obviamente, semejante escenario ha hecho posible que este nonagenario haya afrontado la pandemia con garantías en un entorno seguro. El coronavirus ha sido incapaz de asaltar la fortaleza y ha estas alturas Miravet ya ha recibido la vacuna. “Estoy muy contento de habérmela puesto. Ahora esperemos que la pandemia acabe pronto”, comenta ilusionado al diario castellonés.
Un legado de 2,6 millones de euros
Afortunadamente, la obra en vida de Ricardo Miravet Toutain, que también fue alcalde de la localidad entre 2015 y 2019, tendrá continuidad a su muerte, ya que la Generalitat se hará cargo de la gestión del edificio, al que todavía le hacen falta algunos retoques.
“Lo hemos reformado sin tocar la estructura, está como era. Hemos conservado toda su esencia. Me preocupan unas partes del tejado, espero que el Consell invierta pronto porque es preciso arreglarlo”, indica Miravet, cuya donación ha sido tasada en 2,6 millones de euros con un fin meramente altruista.
“La única condición es que ningún particular lo utilice y quede para uso cultural”, concluye el guardián de la fortaleza, que insta a las autoridades a que inviertan cuanto antes en el proyecto de restauración. Su castillo medieval, sus condiciones.