Los vacunados deben seguir cumpliendo las restricciones
Aunque se haya recibido la vacuna habrá que seguir llevando mascarilla y evitar las reuniones con muchas personas, especialmente sin son desconocidas.
España comenzará la campaña de vacunación contra el coronavirus el próximo domingo 27 de diciembre, según anunció este el viernes en rueda de prensa el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Otros países como Estados Unidos, Rusia o Reino Unido también han comenzado a vacunar a sus ciudadanos. “La vacunación será el principio del fin del virus”, expresó Illa. Sin embargo, el verdadero final de esta pandemia y sus restricciones aún se vislumbra lejos.
Recibir la vacuna no nos exime de respetar las restricciones impuestas por el Gobierno porque todavía no se sabe a ciencia cierta si el fármaco evita las infecciones asintomáticas, lo que convertiría a las personas en contagiadoras silenciosas. “La capacidad de inhibir la transmisión por parte de una vacuna significa que, a nivel de nasofaringe, erradique la colonización del virus, pero no todas las vacunas hacen eso”, explica en 20minutos un portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (Sempsph). “Si no elimina la colonización, el paciente está protegido, pero puede seguir transmitiendo la enfermedad”, añade.
De momento, ninguna de las tres vacunas que comenzará a llegar a partir del 26 de diciembre (Pfizer/BioNTech, Moderna y Osford/AstraZeneca) han probado en sus ensayos clínicos esta particularidad, especialmente porque apenas han contado con tiempo para ello. Es un aspecto en el que deberán centrarse a partir de ahora.
Habrá que seguir usando mascarilla
Una de las ideas equivocadas que tiene la gente es que con la vacuna llegará el fin de la mascarilla. Nada más lejos de la realidad. Los expertos auguran que el protector facial se seguirá usando durante, al menos, dos años. “Todavía nos faltan un par de años para poder ir con tranquilidad y sin mascarilla”, prevé la doctora Ruth Figueroa, presidenta del Grupo de Estudio de Vacunas de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc). También el cirujano Pedro Cavadas hace la misma estimación sobre el uso de la mascarilla: “A pesar del plan de vacunación, la protección facial continuará siendo obligatoria al menos durante 2021”. El experto opina que “quitársela tal vez sea opcional dentro de dos años”, es decir, en 2022.
Además de porque no se sabe si la vacuna protege de contraer el virus, es importante usar la mascarilla una vez vacunado porque el fármaco no resulta efectivo hasta los 10 o 12 días después de recibir la primera dosis. Incluso ahí presenta solo un 52% de eficacia. No alcanza su efectividad total hasta la administración de la segunda dosis, que se aplica tres o cuatro semanas después. Además, las vacunas no son 100% eficaces, por lo que existe una pequeña posibilidad de que aún pueda contagiarse incluso después de recibir ambas dosis de la inyección.
De la misma forma, también seguirá siendo desaconsejable relacionarse con demasiada gente, especialmente desconocida, o reunirse en bares con una gran afluencia, ya que se podría transmitir el virus sin saberlo a otras personas que no están vacunadas.
El final llegará con la inmunidad de grupo
Todavía se desconoce el momento exacto en el que se podrán levantar las medidas de seguridad para volver a la “antigua normalidad”, pero todos los expertos coinciden en que será cuando se alcance la inmunidad de grupo a nivel mundial. “Si tenemos la enfermedad en otras partes del mundo, no me queda claro que podamos regresar y hacer grandes eventos deportivos o abrir los bares porque, como Australia o Corea del Sur, el riesgo de reinfección se avecina. Así que mientras esté en el mundo, no estoy seguro de que volvamos completamente a la normalidad”, dijo Bill Gates en un podcast realizado recientemente junto a Anthony Fauci, principal experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, y la actriz Rashida Jones.
Este esperado momento se alcanzará cuando se haya inmunizado a un 60% o un 70% de la población mundial. El tiempo que transcurra hasta alcanzar esos porcentajes dependerá de si las vacunas impiden la transmisión: “Ahí empezaría a cambiar la situación, porque ya no solamente estaría protegiéndome, sino impidiendo que el virus circule”, explica el portavoz de la Sempsph. “En ese caso, con porcentajes más bajos de vacunación se empezaría a complicar la transmisión del virus y se podrían plantear otras estrategias epidemiológicas”, concluye.
No obstante, el plazo también dependerá, en gran medida, de la predisposición que muestre la sociedad a vacunarse. Por eso, los gobiernos y expertos de todo el mundo tratan de transmitir mensajes de confianza a sus ciudadanos, alegando que la vacuna será completamente segura porque todas están siendo sometidas a estrictos controles.